El reloj pasaba por minutos las once de la mañana cuando la fachada del 31 de la Feria se vino abajo. Un ciudadano que observaba la operación en la zona, tal y como se observa en las imágenes, tuvo que correr para ponerse a salvo de una farola que fue empujada por el desplome. Frente al inmueble, los trabajadores del Vivero de Empresa grabaron con sus teléfonos móviles la secuencia del derrumbe. Los cascotes, esparcidos por todo el ancho de la calzada, fueron rápidamente retirados por los operarios. Apenas una hora después, la normalidad estaba restablecida.