El exjefe de Industria de la Junta de Castilla y León, José Bahamonde, supo "por la prensa" de que su hijo, Javier Bahamonde González, tenía participaciones en la empresa de huertos solares que él autorizó, Sol Sayago, a través de la sociedad Iniciativas Renovables, declaró en el juicio con jurado que celebra la Audiencia Provincial. Se trata de dos de las empresas del entramado fotovoltaico que les habrían servido para enriquecerse, según el Ministerio Fiscal que acusa al excargo de cohecho y negociaciones prohibidas a funcionarios.

De Iniciativas Renovables, constituida en junio de 2007, también participaba Blanca Blanco Blanco, una "buena amiga" del excargo de la Junta -negaron la relación sentimental-, y socia de su hijo con más del 50% de la firma Bahamonde Asociados, creada para entrar en el sector de las fotovoltaicas, según admitió la procesada. José Bahamonde no sabía de esta vinculación empresarial, "me enteré después, cuando me tuve que documentar" para el juicio en el que se acusa a los dos por tráfico de influencias, mismo delito que la Fiscalía imputa al jefe de Distribución de Iberdrola, Agustín de la Fuente, y al expresidente de Pevafersa, Vicente Fernández Manso, por haberse beneficiado, supuestamente, de su relación con el exjefe de Industria. Sí sabía que su hijo fue contratado por Pevafersa como abogado en 2005, al año de terminar la carrera.

Sol Sayago, vinculada a Pevafersa y sobre la que pivota la acusación pública, es la misma para la que meses antes, el 10 de octubre de 2006, José Bahamonde y De la Fuente firmaron un contrato a propuesta de Fernández Manso y su hermana, Juliana, entonces presidenta de Pefaversa, para adquirir participaciones, según el fiscal jefe, Rafael de Vega Irañeta, las mismas, afirma la acusación, que comprarían con posterioridad Iniciativas Renovables y una tercera sociedad, propiedad del hijo y la mujer del cargo de Iberdrola, Macageo.

Bahamonde se afanó ayer en desmontar que la compra de participaciones de Sol Sayago por su parte, al precio de un euro, "nunca se pagó", que el documento rubricado el 10 de octubre de 2006 "era un contrato privado que se anuló antes de una semana, no tuvo efecto ni se pagó", una decisión que explicó porque Juliana Fernández "nos hace una oferta como socios" porque Pevafersa estaba empezando a despegar y buscan técnicos con experiencia. "Ese es el enganche", el contrato era "para formar parte de equipo directivo", no para enriquecerse, concretó Bahamonde, que volvió a indicar que "la trama solo existe en la mente de algunos" y que cuando autorizó las instalaciones de huertos solares de Sol Sayago en 2007 el contrato ya no existía. Es Juliana quien se encarga de llamar a todas las partes para decirles que rompan el contrato, si bien la copia que ella recibió se encontró en el despacho que ocupaba después de su muerte, que se entrega en 2009 en la Fiscalía de oficio, por lo que el fiscal jefe mantiene que continúa siendo válido en 2007, lo que para él confirma el hecho que de que el empleado de Endesa y otro de los firmantes del contrato, Leandro Villasante, presentara su copia al ser llamado como testigo. Bahamonde explicó ayer que se decide romper el contrato privado, "que nunca se elevó a escritura pública ni se registró" porque "decayó" el propósito de entrar como técnico en Pevafersa. Porque la oferta no cuajó, no llegó a pedir la excedencia, pero sí a iniciar trámites, a preguntar cómo hacerlo.