Si la excavadora reducía a escombros en enero el edificio que albergaba el servicio de radiología y la cafetería del Hospital Provincial, el último que quedaba el pie del antiguo centro sanitario de la Diputación, en la última semana ha derruido el inmueble de la entrada del recinto que albergó cuatro viviendas para el uso de distintos empleados del centro. Era ya lo último que quedaba en pie de lo que estaba construido en el recinto original y se ha producido coincidiendo con las obras de urbanización exterior, una vez finalizada casi por completo la ejecución de la última fase del nuevo Hospital Provincial de Zamora.

La demolición del inmueble, situado entre el Centro de Día de Alzheimer y la entrada del Hospital Provincial estaba previsto en el proyecto y empezó a dar sus primeros pasos en noviembre de 2010, cuando la dirección general de Administración e Infraestructuras de la Gerencia Regional de Salud inició el procedimiento de desahucio contra el único inquilino que quedaba viviendo en la casa aneja al centro sanitario.

La vivienda anexa al Hospital Provincial era propiedad de la Diputación, y pasó, como toda la finca donde se asienta el Hospital Provincial a manos de la Junta con el traspaso del recinto sanitario, a principios de siglo. La vivienda tenía cuatro pisos, dos en la primera planta y otros dos en la segunda.

En este edificio vivían el administrador del Hospital, el capellán de la institución y el conserje. Cuando se jubiló el administrador abandonó la vivienda, que quedó vacante y fue ocupada por el encargado de mantenimiento.

Posteriormente también el sacerdote y el conserje abandonaron sus respectivas viviendas, éste en épocas más recientes, por lo que sólo se mantenía ocupada la del encargado de mantenimiento, que fue el desahuciado por Sacyl para recuperar el uso de la vivienda, con objeto, como se ha visto después de derribarlo.

Cuando se construyó el Hospital Provincial se levantó también este edificio que tenía como objetivo proporcionar vivienda a algunas de las personas que trabajaban en la institución, como el director o el conserje y así había venido funcionando prácticamente hasta que se vio afectado por las obras. Algunos de los pisos vacíos fueron utilizados también en la última etapa por la Fundación Intras para viviendas tuteladas donde los pacientes con enfermedad mental podían llevar a cabo su experiencia de integración social.

En su día el grupo de Izquierda Unida, entonces en la oposición, pidió a Sacyl que este edificio se mantuviera en pie, ya que su derribo sólo proporciona un puñado de metros cuadrados de zona ajardinada a la entrada del Hospital, mientras que con una pequeña reforma habría podido ser útil para necesidades sociales, ya que había construidas cuatro viviendas. Como ocurrió con las demandas para dejar en pie la capilla, estas cayeron en saco roto, y el proyecto original se ha llevado por delante todo rastro de lo que fue el antiguo centro de la Diputación.

En la zona, eso sí, trabajaban nutridas cuadrillas de operarios a toda velocidad para dejar lista la urbanización exterior del Hospital Provincial, que cuenta con un nuevo acceso hacia Radioterapia en la zona que dejó libre el edificio de la antigua Radiología y la cafetería.