La problemática poblacional de la provincia -con un elevado envejecimiento y la disminución de ciudadanos- la escasa financiación acorde a las peculiaridades de las explotaciones ganaderas -debido a que requieren "elevadas inversiones ya que los ciclos productivos son largos" y con el problema añadido de la rentabilidad no inmediata-, el control "excesivo" de los mercados agroalimentarios y la falta de infraestructura transformadora y comercializadora son, a juicio del Colegio de Economistas de Valladolid, las principales amenazas a las que se enfrenta el sector agroalimentario zamorano.

Son las principales conclusiones del Observatorio Agroalimentario de Castilla y León, recientemente constituido en Valladolid y que ofrece además datos de la actividad en Zamora. Así, en lo que respecta a ganadería bovina, los economistas subrayan que Castilla y León ocupa el primer puesto de las comunidades en lo relativo al número de cabezas de ganado, con más de 1.300.000 animales. El 7,43% de los animales inscritos están en Zamora, provincia que registra 101.957 cabezas de ganado de las que 11.550 son vacas lecheras, el doce por ciento del total. Zamora destaca sobre todas las provincias en lo relativo a ganadería ovina ya que la provincia cuenta con cerca de 700.000 ovejas, lo que representa casi una cuarta parte del total de toda la comunidad.

El Colegio de Economistas de Valladolid, Ecova, subraya la importancia de fomentar el sector agroalimentario por su elevada aportación al Producto Interior Bruto de la comunidad y de la provincia, su importancia para el mantenimiento y creación de empleo y por ser un sector vertebrador del mundo rural e importante para la internacionalización de los productos que se producen en la comunidad.

El Ecova también analiza las principales fortalezas del sector, entre las que destacan la calidad de los productos que se producen y el saldo positivo de la balanza comercial entre exportaciones e importaciones. Además, indican los economistas, se generan sinergias con otros sectores como gastronomía o turismo, se usan tecnologías limpias y seguras y es un sector "dinamizador en periodos de expansión".

No obstante, hay muchas debilidades que las empresas, con ayuda de las instituciones, deberían corregir para mejorar el rendimiento y la capacidad de generar riqueza del sector agroalimentario. Principalmente la alta atomización de las empresas, ya que el 99% son pymes. Hay también "bajos márgenes comerciales" y una productividad que está por debajo de la media de la Unión Europea. No hay, por norma general, "una gran mentalidad empresarial" y "un bajo valor añadido", algo que se traduce en "un escaso poder negociador de los productores de materias primas debido a su reducido tamaño". Además, sería necesario "mayor poder transformador para no centrar el negocio casi exclusivamente en las materias primas".