Son los segundos, pero es un premio que sabe a victoria. Los alumnos de la clase de 3º de la ESO del instituto La Vaguada se han proclamado subcampeones del Certamen de Lectura en Público de Castilla y León. Cuatro meses intensos de trabajo -arañando horas a los recreos- que han dado sus frutos. "Para mí lo más gratificante ha sido verlos trabajar como grupo", confiesa su profesora de lengua castellana y literatura, Sonia Lorenzo, quien con su compañero José María López, han sido los encargados de preparar a los estudiantes para que fueran pasando las diferentes fases del concurso.

Primero se impusieron como los mejores de la provincia , tras leer un texto que eligieron de Magistral Romero, y después los cinco alumnos elegidos para participar demostraron de nuevo sus dotes lectoras en la siguiente fase, frente a Valladolid y Salamanca, donde también se proclamaron campeones, esta vez con un escrito de Carmen Martín Gaite.

"Teníamos claro desde el principio que era lectura en voz alta, nada de teatralizar, lo que resultaba más difícil", aseguran los profesores.

Melina Martín, una de las alumnas del grupo confiesa que al principio no tenían muy claro en qué consistía el concurso y estaban muy nerviosos en cada prueba "pero ahora satisfechos con el resultado y todo el proceso". Su compañero Iván Gutiérrez reconoce que practicaron mucho "y al final salió bien, aunque lo más difícil fue coordinar las voces y saber cómo entonar cada frase, sobre todo con el teatro y la poesía, que son más difíciles, aunque también más lucidos".

Laura Alonso destaca que esta experiencia "ha sido muy interesante, sobre todo la última fase, en la que todos los alumnos hemos mejorado mucho y nos hemos implicado", puesto que en la final, celebrada en las Cortes de Valladolid, iba toda la clase y no se sabía quién sería el elegido para leer, junto a tres de los compañeros que habían pasado las anteriores pruebas. Y ese fue Julen Muñoz, quien asegura que fue "toda una sorpresa" su participación. "Estaba muy nervioso, pero dicen que me salió bien. Me gustó la experiencia", se alegra.

Andrea Domínguez afirma que todos iban con la idea de no conseguir premio "para no desilusionarnos después, pero íbamos ganando cada fase". Quien daba esperanza al grupo era Sergio Esteban, encargado de soltar los nervios a sus compañeros. "No podíamos permitirnos perder habiendo llegado a la final", considera.

Finalmente, el texto que les tocó en suerte fue uno de Óscar Esquivas, presente en esa jornada y, tras hacerlo lo mejor posible, el jurado valoró su buen hacer y se alzaron con el segundo premio.