Diego Escolano, uno de los músicos de música tradicional más importantes del este de España, participó ayer en la primera jornada del III Festival de Flauta y Tamboril de Zamora, Flautamza.

-Usted toca instrumentos tradicionales de su Aragón natal, pero ¿cuáles son las características de chiflo y el salterio?

-El chiflo es una flauta de tres agujeros como la que se toca en Zamora y en la zona del occidente de Castilla y León, pero varía la forma de obtener las notas, pues la disposición de los agujeros cambia. El tambor que lo acompaña varía un poco porque en Aragón solo nos ha quedado la tradición del salterio, un tambor con seis cuerdas que al verlo parece una guitarra pero es un tambor afinado que a pesar de que solo quedaba en uso en los años 60 en dos localidades de Aragón y del sur francés fue un instrumento que tuvo bastante importancia en el Renacimiento y en la zona del arco mediterráneo de la Península Ibérica y del antiguo reino de Aragón.

-¿Se tocó en Zamora?

-Sí, sabemos que este instrumento también se ha tocado en Zamora. Hay testimonios del uso de este instrumento en toda la Península Ibérica e incluso en el siglo XVII y XVIII se puede rastrear su empleo en la mayor parte de España unido a las danzas ceremoniales y, sobre todo, dentro de la iglesia. Algunas teorías dicen que el tamborilero tocaba el salterio dentro de la iglesia y fuera, el tambor de parche. El salterio solo ha quedado vivo en Aragón y en el sur de la Gascuña francesa, pero en unos pueblos que distan solo unos 30 kilómetros.

-¿Usted cómo llega a interesarse por estos instrumentos tradicionales?

-Mi familia paterna desciende de uno de los pueblos donde se mantiene el uso del salterio, Yebra de Basa en la zona del Pirineo. Dentro de mi interés por la música tradicional me interesaron estos instrumentos que a los propios aragoneses parecen un poco extraños porque han quedado relegados a unas tradiciones muy locales. Mi investigación comenzó hace unos 20 años y soy uno más en la cadena de músicos populares que nos hemos interesado.

-¿Cómo era su situación hace dos décadas?

-Muy residual porque se utilizaba en el contexto de grupos de folk y había una serie de personas estudiando la reconstrucción del instrumento y quedaban la práctica tradicional en Jaca y Yebra de Basa. Poco a poco descubrimos que en la zona francesa existía un trabajo importante de recuperación y lentamente hemos ido haciendo lo mismo. De los instrumentos tradicionales de Aragón es el que menos difusión tiene quizá también por la dificultad inicial que tiene tocar a la vez la flauta y el salterio. En este momento somos unos 50 los músicos de salterio en Aragón aunque todavía tenemos la suerte de conservar a artesanos constructores del instrumento.

-Y ¿existe lugares donde enseñar a tocar estos instrumentos?

-Sí pero en Aragón el interés por la música tradicional está en un momento más apático en cuanto al interés general de la población, lo digo por las peticiones de clases, actuaciones o recitales. En el ámbito de la celebración de los bailes se ha visto una revitalización pero un nivel más allá, de incorporar esta música a otros ámbitos festivos estamos un poco de parón. En los años 90 se vivió un gran momento, sobre todo, en instrumentos como la dulzaina. El salterio está a medio camino.

-Por lo que dice la actividad en la que participa en Zamora sería complicada en Aragón.

-No tendría una acogida tan buena como en Zamora porque es un instrumento para un público más minoritario. Venir a Zamora como representante de tantos músicos que han mantenido viva la música tradicional en Aragón y de compañeros que han trabajado mucho es muy emotivo porque en esta región se valora la cultura popular. Siempre que he tocado en esta zona he notado un interés y una curiosidad por lo que hacemos, el público nos pregunta y siempre he notado un respeto. Además aunque se tenga la percepción de que sea un instrumento muy localista siempre ha habido una movilidad de personas y de músicos que han hecho que la música popular haya evolucionado.

-Y como músico que forma parte de diversos colectivo, ¿cuál sería el estado de esta música de raíz?

-Depende mucho de las comunidades. Hay zonas que han mantenido una tradición más viva en la flauta y el tambor. En la zona de Zamora, Salamanca y hasta Huelva ha existido una gran tradición y una de las mejores medidas es ver si con estos instrumentos todavía se baila, algo que no sucede en Aragón donde la danza ha quedado relegada a fiestas de tipo más ceremonial.