Una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Guardia Civil ha permitido desarticular una banda criminal acusa de cometer 126 robos, la mayoría en Valladolid, pero también en Salamanca, Zamora y Burgos, y en otras provincias como Toledo, A Coruña, Zaragoza, Santander o Madrid, cuyo botín supera los 20 millones de euros. La conexión con Zamora hay que buscarla en la investigación de los hechos. Los agentes recuperaron en Puebla de Sanabria varios vehículos robados en las provincias de Madrid y Salamanca, un paso fundamental para dar con las personas que finalmente fueron detenidas.

La investigación, iniciada a finales de 2016 tras el incremento de robos registrados en Valladolid, continúa abierta y se ha saldado ya con la detención de 59 personas, la mayoría españoles y con numerosos antecedentes policiales, entre los que se encuentran los tres principales cabecillas, que han ingresado en prisión.

El jefe superior de la Policía Nacional en Castilla y León, Jorge Zurita Bayona, destacó que se trataba de una red con muchas ramificaciones y "terriblemente peligrosa", mientras que el general jefe de la Guardia Civil en la Comunidad, Javier Sualdea Martín, resaltó que se trataba de una organización delictiva muy jerarquizada y muy "profesional".

Al parecer, cometían diferentes tipos de asaltos, ya que además de actuar en naves industriales, grandes superficies o establecimientos comerciales más pequeños de todo tipo, en especial en tiendas de telefonía, también se dedicaban a robar cabezas tractores de camiones, remolques con sus cargas y vehículos de gran cilindrada que utilizan para cometer los robos o bien para despiezarlos. Por este motivo, la banda estaba formada por numerosos especialista que actuaban en función de la características del robo.

En este sentido, el comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, Miguel Ángel del Diego, argumentó que eran delincuentes que "habían aprendido de sus errores" y se habían especializado en formas diferentes de robo, ya que unos actuaban cuando se trataba de un butrón y otros si el método era el alunizaje. Además, la banda contaba con conductores especialistas, tanto de camiones como de coches, y fue creciendo en volumen hasta el punto de contratar a vigilantes para asegurarse el éxito de sus asaltos.

La banda, según confirmaron los mandos policiales, también tenía entre sus planes asaltar un casino de Castilla y León. Tras practicarse 12 registros en Madrid, Valladolid, Zaragoza y Santander, el grupo se da por desarticulado, pero la investigación continúa abierta con el objetivo de demostrar la participación de esta organización criminal en otros hechos delictivos.

La investigación ha sido coordinada por el Juzgado de Instrucción número 4 de Valladolid, junto con la Fiscalía. Los ahora detenidos tienen un amplio historial delictivo y entre todos ellos suman más de 180 detenciones anteriores.

Además de robo, los detenidos están acusados de tentativa de homicidio, detención ilegal, tenencia ilícita de armas, receptación, atentado contra los agentes de la autoridad, delito contra seguridad vial y blanqueo de dinero.

En la presentación de la operación policial, que tuvo lugar ayer en la sede de la Delegación del Gobierno de Castilla y León, el jefe de operaciones de la Guardia Civil en Valladolid, Roberto Ferrero, explicó que en caso de ser detectados, no dudaban en huir poniendo en peligro a los agentes que les habían descubierto, llegando incluso en alguna ocasión a atropellarles y arrojarles extintores para facilitar su escapada durante las persecuciones. Posteriormente incendiaban los vehículos sustraídos para evitar dejar cualquier tipo de huella.