Zamora puede albergar en un par de años el primer centro "viable" para la cría y aprovechamiento gastronómico de ranas de todo el país. El ingeniero agrónomo Fabián Simón, natural de Carbellino, desarrolla desde hace diez años un proyecto que pretende mejorar los ensayos fallidos que hasta ahora se han llevado a cabo en diferentes regiones españolas. ¿Para qué? Para aprovechar la apuesta de la cocina de vanguardia por este tipo de productos y crear un centro en la provincia que podría dar trabajo a más de una veintena de personas.

Hace una década, Fabián Simón desarrolló un proyecto en colaboración con la Universidad de León: la primera cría intensiva de ranas del país. Desde entonces, emprendió una tarea de investigación por diferentes países para conocer su funcionamiento y detectar por qué los ensayos locales habían fallado. "Es necesario concentrar en un mismo lugar un ranario, un matadero y una zona de comercialización. Si no lo haces así, ahogas el proyecto", explica el ingeniero.

De hecho, Simón inició su aventura profesional por la comercialización hace dos años, importando el producto de Turquía. "Allí encontramos la variedad más parecida a la nuestra. Nosotros nos encargamos de envasarla y venderla", explica. El emprendedor está satisfecho de la demanda de un producto popular hace décadas -en particular en la capital- que ha desaparecido por el cambio del ecosistema y la pérdida de su hábitat, las charcas. "Estamos satisfechos de la respuesta de los restaurantes, en particular, de Antonio González de las Heras, un cocinero de referencia en Zamora que ha apostado por la rana en la cocina innovadora", añade.

Para llevar a cabo la iniciativa, es necesario contar con un centro de hibernación para un animal que es de sangre fría. "Eso nos permitiría mantener las propiedades de la rana durante todo el año y poder desestacionalizar la oferta", explica Simón, en referencia a un centro de cría, manipulación y venta del producto.

¿Qué tipo de instalaciones se llevarían a cabo en Zamora? "Con la mano de obra que hay en Europa, los sistemas extensivos no son viables. Tendríamos que hacer uno de carácter intensivo, similar al de la cría de gallinas. Necesitamos un centro de ovoposición donde podamos elegir los padres idóneos y sacar los huevos para los distintos ranarios", detalla el ingeniero.

Hasta el momento, el ingeniero zamorano ha estudiado varios modelos en India, Bangladés, Indonesia y Singapur. "Hay uno en Francia, pero tiene ciertas limitaciones, problemas de fotoperiodo, de clima y una mano de obra más cara que la nuestra". Actualmente, en Zamora el escollo, más que el funcionamiento interno del ranario, es su puesta en marcha. "Existe apoyo de la Administración, pero confiamos en que sea mayor. Sobre todo, en el plano burocrático para no tener que pasar por el calvario de papeles habitual", afirma Simón.

En la actualidad, el ingeniero agrónomo estudia con las instituciones cuál sería la clase de rana que podría criarse de manera intensiva. Después de diez años de trabajo, Simón cree que "este puede ser un año importante para la comercialización del producto en el extranjero", antesala de la cría y venta del anfibio en la provincia, con un salto en la producción.