El acoso escolar o "bullying" ha sido este miércoles el objeto de la habitual convivencia semanal que los educadores de calle organizan a la hora del recreo con los alumnos de los institutos, que tienen la zona de La Marina como punto habitual de concentración. En un radio de pocos centenares de metros coinciden tres institutos públicos, el Maestro Haedo, María de Molina y Claudio Moyano, a los que se suman también los estudiantes de un par de centros privados como el Amor de Dios y la Milagrosa.

La experiencia comenzó a funcionar este pasado invierno, promovida tanto por Ayuntamiento como por Cruz Roja y Menesianos. Los educadores de calle apreciaron que la adversa climatología de la ciudad en esa estación invitaba a poner en marcha una experiencia de convivencia con los chavales, a quienes se ofrece un café (Cola-cao) y una pasta en un ambiente relajado para poder charlar de distintos temas, de tal forma que la conversación pueda fluir en un ambiente más informal y relajado de que pudiera ser dentro de un aula.

La iniciativa se ha ido poco a poco consolidando y todos los miércoles educadores y alumnos comparten unos momentos en La Marina.

Los temas que se tocan en estos encuentros son variados, desde las relaciones de pareja al maltrato animal, pero esta semana, coincidiendo con el Día Internacional, se ha dedicado al bullying o acoso escolar, una figura sin duda objeto de preocupación no solo para los jóvenes, sino para la sociedad en general.

La colocación de frases, eslóganes, dibujos, la realización de actividades o la escritura de lemas sirvieron ayer para hacer un poco más llamativo que otros miércoles la convocatoria de los educadores de calle.

El acoso escolar es un problema sobre el que se está tomando cada vez más conciencia tanto en las aulas como fuera de ellas. Aunque los datos no son especialmente llamativos en Zamora, es preciso siempre estar en guardia para evitar los posibles casos, ya que muchos de ellos se pueden estar produciendo pero pasar desapercibidos incluso para el mismo entorno.

Los cafés de calle son una iniciativa que pretende incidir en las acciones educativas y preventivas entre el colectivo juvenil de cara a un desarrollo más equilibrado. La experiencia, según los protagonistas, está siendo más que positiva.