"Seguramente hoy, desde ahí arriba, Ramón y Ángel estarán en el bar que Agustín el Rejo ha abierto en el cielo de Zamora disfrutando de este día de fiesta, mientras comen escabeche, y estarán contentos de que por fin hayamos juntado sus nombres". El escultor Ricardo Flecha ilustraba así el sentimiento de dos grandes figuras zamoranas, Ángel Bariego y Ramón Abrantes, al contemplar que en uno de sus barrios más queridos, el de San José Obrero, se hayan unido en un original homenaje su labor y su enseñanza.

Coincidiendo con las fiestas del barrio, fueron decenas de vecinos los que se arremolinaron para contemplar la inauguración de la plaza Ángel Bariego, donde estará una de las conocidas maternidades de su amigo Ramón Abrantes, apostada en el jardín central.

Fue la viuda de Bariego, Leo Hernández, la encargada de descubrir la placa con el nombre de su marido. Arropada por sus hijos Patricio y María, no pudo contener la emoción para agradecer una muestra de cariño tan grande, así que fueron ellos quienes tomaron la palabra. "Estamos muy agradecidos de que la memoria de nuestro padre se quede en Zamora", alcanzaba a decir María, mientras que su hermano recordaba que así como a su padre le gustaba que su hogar estuviera siempre abierto a todos, "a partir de ahora también estará esta plaza para todos los vecinos".

Tras dedicarle una de sus canciones favoritas -"Comandante Che Guevara", de Víctor Jara-, versionada para la ocasión, se mostró la escultura de Abrantes, labor que llevaron a cabo también sus familiares, tomó la palabra el escultor Ricardo Flecha, quien se mostró especialmente orgulloso de haber logrado esta combinación tan zamorana. "Los vecinos de los barrios tienen derecho a disfrutar de las obras de sus artistas y a veces pecamos de buscar el amparo de la zona antigua, lo que es un error", denunciaba, al tiempo que recordaba que fue un grupo capitaneado por el propio Ángel Bariego quien se movilizó para hacer un homenaje al escultor tras su fallecimiento en 1986. A pesar de los años transcurridos, Flecha destacó que el haber logrado al fin este homenaje "haya sido gracias a la voluntad del pueblo, no a algo institucional". Por otro lado, aprovechó el acto para reivindicar un mayor espacio a la obra de este escultor "que vivió y vendió sus obras aquí e hizo muchos favores, así que merece tener más presencia".

También presente en el emotivo acto estaba el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, quien apuntó que "las ciudades las hace el pueblo, al que siempre nombraba Bariego y trabajó con sus manos Abrantes para transformar lo material. Y ese pueblo, en definitiva, es del que proceden estos dos zamoranos, que vivieron aquí para dejar su huella, que ahora será más permanente con esta placa y esta escultura", enumeró. Además, destacó la memoria de estos dos personajes "que forman parte del patrimonio ético y artístico de la ciudad, por lo que lucharon para que fuera más solidaria", destacó.

A partir de ahora, esa pequeña plaza tendrá un significado especial gracias al nombre de Ángel Bariego, mientras que la escultura de Abrantes puede significar el inicio de que el arte de los autores locales esté más cerca de los barrios.