Hasta un uno por ciento del alumnado se ausenta de las aulas sin tener permiso de los padres y sin justificar esa conducta, calcula el director del centro de Toro en el que estudiaba la menor cuyos padres fueron ayer condenados a una multa de 720 euros. Y no siempre es el descuido de los padres, la falta de interés porque sus hijos reciban estudios, lo que explica el absentismo escolar, un delito de la patria potestad. "Hay padres que lo entienden, pero por sus circunstancias personales, porque tienen que trabajar los dos", declara el responsable del colegio toresano, les resulta imposible controlarles. Los hay que llevan obligados a los vástagos hasta el centro escolar. Y cuando se van, convencidos de que han logrado su propósito, el menor vuelve a escaparse, a veces no llegan ni a entrar en el centro educativo. En otras ocasiones, es causa perdida, "si el hijo no quiere ir al colegio, es muy difícil conseguir que vaya".

El Código Penal contempla penas de prisión de hasta seis meses o multas de hasta doce meses, con cuotas diarias en función de los ingresos de los condenados, para los padres que no cumplan con los deberes de la patria potestad de sus hijos, entre ellos, la escolarización.