La Guardia Civil de Zamora realizó 790 pruebas de alcoholemia y 16 de consumo de drogas durante la madrugada del Jueves al Viernes y la mañana del Viernes Santo en la operación preventiva que selló los accesos a la ciudad para evitar que hubiera personas que se pusieran al volante habiendo bebido o consumido droga. Fueron catorce los positivos a alcohol detectados, todos ellos considerados infracciones administrativas y tres a drogas.

Los resultados de este dispositivo especial de 2017 evidencian, según indica la Guardia Civil, una marcada tendencia al descenso del consumo de alcohol y de drogas al volante, respecto de los resultados obtenidos en años. Es decir, cada vez es menos frecuente el caso de personas que conducen en estado de embriaguez o tras haber consumido drogas.

Los controles se llevan a cabo "debido a la gran afluencia de visitantes desde muy diversos puntos de la geografía española durante la Semana Santa, y muy especialmente durante la madrugada del jueves al viernes y durante la mañana del mismo viernes". La Guardia Civil suele "blindar" la ciudad para que no haya ninguna ruta que no tenga controles.