La artista zamorana Ana Zaragozá inauguró el viernes una nueva exposición titulada "El fluir de los instantes" en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida.

-Una nueva exposición donde vuelve a abordar un tema que trata desde hace tiempo, el agua y la naturaleza.

-En esta nueva exposición presento 29 óleos sobre lienzo realizado en dos últimos años. Esta muestra surge porque todo fluye, porque cada instante es el que vivimos y vivimos en un fluir. El tema del agua es muy afín con el título porque en el agua y en la naturaleza todo sucede en un instante y el agua está en constante cambio. Vuelvo al tema del agua porque creo que el primer instante de plenitud fue cuando me acerqué a la naturaleza. Esos primeros recuerdos de los que uno es consciente en la infancia conlleva un deseo constante de aprender aquello que te produjo esa sensación. Lo plasmo desde hace mucho tiempo, aunque no sé desde cuándo? (risas). Soy hija de pescador y una es resultado de sus experiencias vitales.

-Habla de experiencias vitales, pero estos cuadros ¿se basan o inspiran en momento vividos por usted?

-En la muestra no hay nada de fantasía. Lo que hay es un acercamiento a la naturaleza sincero. Yo amo la naturaleza pero no la entiendo con la mente, la comprendo con la intuición y en esa frontera es donde aparecen los cuadros.

-Presenta unos lienzos en donde la luz que emplea es más de primavera o verano. ¿Existe una intencionalidad en ello?

-Sí, la hay, porque en otros momentos de mi fluir pictórico había más gravedad u oscuridad, que no es más que otra parte de la luz. En esta ocasión ha habido una intencionalidad clara para que fueran más luminosos por la misma voluntad que tengo a la hora de sonreír a la gente por la calle. Esa intencionalidad que tengo en mi vida se la pongo también a mis cuadros.

-Combina formato grande con pequeño.

-Tengo un deseo de coger la ausencia y plasmarla. Quiero pintar para traducir aquello que yo siento. El tamaño realmente es igual, quizá tiene que ver con las técnicas. La mente de un artista siempre está en movimiento pero no pinto constantemente por lo que cuando vuelvo a coger un pincel suelo optar por cuadros más pequeños, lo que me permite también reutilizar telas que ya usé hace varios años. Las telas reutilizadas tienen cierto movimiento, cierta información?tienen algo en el que sigo trabajando y en el que no pretendo nada, simplemente es un juego porque la pintura está entre el virtuosismo y el juego. En ese no pretender hacer nada me permite hacen una gran investigación y me da la trampolín para trabajar en obra mucho más grande donde te metes en un túnel. Tienes claro que tienes que llegar al otro lado donde hay una luz y que tienes que hacer ese trayecto muy concentrada.

-En unas obras otorga protagonismo a agua y a otras a la vegetación.

-Se debe al enfoque que tomo, es una cuestión de perspectiva. No todas las perspectivas son iguales. Yo tengo una perspectiva nómada como tenían los rupestres frente a la del marco y la ventana que entendemos ahora. En la naturaleza no hay ni marco ni ventana. El espectador de mi obra puede tener la sensación de que hay primeros y segundos planos pero todo está envuelto, aunque existe la sensación de espacialidad como la había en las cuevas primitivas. La naturaleza es la gran maestra donde puede suceder la mayor de las anarquías pero todo se ordena. Cuando tú te acercas de una manera abierta a la naturaleza, sin ideas preconcebidas, sin tu ego, y te unes a eso que estás viendo y que te está produciendo un placer, si lograr que eso se traduzca en la obra has conseguidos muchas cosas.

-Son obras inspiradas?

-En los ríos Duero, Castro, Hociles y Tera que se despliegan en lugares dentro de mi alma.

-Tiene un cuadro que es una ribera.

-Solo uno de los cuadros está titulado, el resto son los nombres de los ríos. Se trata de la obra que rompe un poco con los demás, y que he llamado "Un lugar". El pintor siempre está buscando el lugar de la ausencia y este es "Un lugar" porque es un espacio preciso que ha surgido de una obra que tenía medio pintarrajeada en el estudio. Yo no he sido consciente de haberlo pintado y por ese estado en el que ha nacido, por ahí irá un nuevo proyecto de lugares donde ya he vivido. Esta obra ha sido una especie de trampolín inconsciente porque nos impregnamos de aquello de vemos y ya vivimos en este espacio.