Ataviados de verano, él con vaqueros, chaqueta de chándal marrón, chanclas y un sombrero; ella, con falda larga, camiseta negra, camisa a cuadros ceñida a la cintura y chanclas, los jóvenes detenidos en el tejado de la Catedral abandonaban el Palacio de Justicia con apariencia despreocupada, para incorporarse al grupo con el que salieron "desde Madrid hace cinco días para recorrer el Camino de Santiago". Las casi 24 horas pasadas en el calabozo de la Comisaría de Zamora se reflejaban en sus caras de cansancio, aunque durante los pocos minutos de conversación mantuvieron una actitud cordial, tratando de explicar que subieron al tejado de la casa del sacristán, en los jardines de El Castillo, desde los baños públicos portátiles instalados al lado. De allí, "fueron saltando de tejado en tejado" hasta llegar al lugar donde se les encontró, en una zona próxima la patio del museo catedralicio. En un lado, estaban los elementos ornamentales góticos que se cree que arrancaron, lo que tendrá que investigar la Policía Nacional, ya que ellos lo niegan.

Ninguno de los dos se asustó al ver a los policías, solo "estábamos sorprendidos", explica el joven, que chapurrea español aprendido en latinoamérica, "que vosotros decís que es diferente al de aquí".

Desde el Cabildo se aprovecha el incidente para exigir al Ayuntamiento de Zamora "que retire los baños públicos de El Castillo" para evitar situaciones similares, declara el fabriquero-administrador, Francisco Díez García.