"Nace como un proyecto educativo, para implicar a los más pequeños en el entorno que les rodea y despertar así su interés por la arquitectura, ya que hay que tener en cuenta que ellos son los habitantes del futuro y aprenden así dónde viven y, sobre todo, cómo quieren vivir en las ciudades del mañana", resume el arquitecto Alberto Alonso sobre su proyecto "Minitectos", donde los más pequeños se acercan al mundo de la construcción de una manera didáctica, pero también divertida.

Uno de estos talleres se impartió ayer en las instalaciones de la asociación de vecinos de Pinilla, a la que Alonso está muy agradecido por la cesión de un espacio. Allí, los participantes aprovecharon su imaginación para evolucionar sus ideas sobre edificios y viviendas.

Con música clásica de ambiente -" para que el contenido se interiorice mejor", según afirma el arquitecto- y con la ayuda de dos educadoras infantiles, durante más de tres horas los niños, divididos en diferentes grupos según su edad, desde los cuatro hasta los 16 años, denominados "dóricos", "jónicos" y "corintios" como guiño a la arquitectura clásica, se pusieron en la piel de un arquitecto y utilizaron sus herramientas para enfrentarse a la idea de diseñar una casa, "apuntando otra manera de pensar la arquitectura con el caso concreto de la conocida como casa de cristal, de Philip Johnson, donde se puede ver que no solo a través de los tabiques se pueden dividir los espacios, sino también a través del mobiliario, lo que ha suscitado la atención de los niños", señala Alonso.

Aunque este último taller ha versado sobre la construcción de una vivienda, pasando de su desarrollo en dos dimensiones, sobre el papel a construir una maqueta, acercándola más a la realidad, el proyecto también aborda otros temas, como las casas famosas que se ven en la televisión, "como la de los Simpson", pone como ejemplo, o la forma de construir de los animales en la naturaleza "que muchas veces sirven de inspiración para los arquitectos a la hora de llevar a cabo algunos de sus diseños", añade. A esto quiere agregar uno específico sobre la ciudad de Zamora.

"No es algo que me haya inventado yo de la noche a la mañana", reconoce el arquitecto, "sino que está inspirado en la educación que se imparte en países como Finlandia, donde tienen arquitectura como asignatura".

Aunque esta vez el taller se ha impartido en el barrio de Pinilla, el arquitecto ofrece este proyecto para darlo en cualquier otro centro cívico o barrio de la capital. "Es una manera de fomentar su actitud crítica hacia la arquitectura", invita.