La localización de los dos jóvenes norteamericanos en los tejados de la Catedral de Zamora a las dos de la madrugada del Lunes Santo, atisbados por un grupo de viandantes que dio aviso al 112, desconcertó en los primeros minutos a los responsables del principal templo de la ciudad y a los ciudadanos presentes en la zona, temerosos de que pudiera tener alguna relación con los actos terroristas que contemplamos con más frecuencia de la deseada en los medios de comunicación.

Si bien fuentes policiales niegan que la Policía Nacional y la Municipal temieran en ningún momento enfrentarse a yihadistas, lo cierto es que quienes esperaban el desenlace de la acción policial sí llegaron a pensar que podía tratarse de un posible ataque, confirma el fabriquero-administrador del Cabildo catedralicio, Francisco Díez García.

El sacerdote relata que todo se aclaró cuando llegaron a la Comisaría de Zamora, pero hasta entonces la Policía "actuó con prevención" porque los jóvenes detenidos en el propio tejado, a los que la Policía Nacional, que "actuó con prevención", sorprendió en un rincón de la explanada que da al Museo de la Catedral, carecían de documentación que les identificara, no llevaban nada encima.

Algunos, pues, temieron que se tratara de terroristas con intención de atentar en una ciudad pequeña que triplica su población en plena Semana Santa. No es de extrañar la alarma, en los días previos a los días de Pasión, el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, fue portada en los medios de comunicación cuando afirmó que Zamora estaba en alerta 4 por amenaza del yihadismo.