Los tres imputados por sustraer bebidas alcohólicas de tres supermercados de la capital en enero de 2015 se enfrentan a tres años de prisión (a uno cada uno de ellos), acusados de cometer un delito de hurto continuado y no de robo porque no emplearon la fuerza para entrar en los locales en horario de apertura. Los detenidos, al parecer integrantes de un grupo de delincuencia, disponían de una bolsa que inhibe las alarmas de los establecimientos para sacar los productos sin ser detectados. Fueron detenidos el mismo día de los hurtos, a las 16.00 horas, cuando circulaban en un turismo en cuyo maletero llevaban los artículos robados.