Ropa, bisutería, libros, cerámica, peluches y pañuelos. El rastrillo benéfico impulsado un año más por Manos Unidas, y ya va medio siglo, ha arrancado esta mañana en el claustro del Colegio Universitario de la capital para recabar fondos que financiarán un proyecto en Togo, un país africano que está en La Sabana "con aldeas diseminadas en la parte norte que agrupan a unas 14.000 personas", explica Poli Rodríguez, vicedelegada de Manos Unidas.

El proyecto consiste en equipar un dispensario sanitario con un pozo para surtir cuatro duchas y varioas aseos, así como papeleras, una base exterior para evitar los barrizales, paneles solares, un lavadero y secadero de ropa y un coche 4x4 praa el traslado del personal sanitario". La iniciativa implicará un desembolso económico de más de 37.000 euros y "aunque no vamos a sacar todo ese dinero del rastrillo, sí lograremos una buena parte, y esperamos que con otras actividades y aportaciones de socios consigamos los fondos", añade la vicedelegada de la ONG.

El rastrillo permanecerá abierto hasta el día 20 en horario de 11 a 14 y de 18 a 19 horas. La inauguración de la actividad ha contado con la participación de la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, y la diputada de Servicios Sociales, Maribel Escribano, además de la concejala en el Ayuntamiento de Zamora Laura Rivera y el el gerente de Servicios Sociales, Eutimio Contra. Todos ellos pusieron su granito de arena, además de la cesión del edificio por parte de la Diputación, con la compra de algún producto con el que contribuir al proyecto en Togo.