El trazado de la autovía A-11 entre la capital zamorana y la frontera con Portugal afecta "directamente" a tres yacimientos arqueológicos, elementos del patrimonio cultural: el Portillo del Lobo, situado a la altura de Muelas del Pan, Los Tejares, entre Fonfría y Arcillera y Los Barreros entre los términos municipales de Rábano y Sejas de Aliste, aunque la alternativa seleccionada, que obvia el túnel de acceso al puente internacional fronterizo salva el bien de interés cultural Castro del Pedroso.
El patrimonio cultural cercano al trazado de la autovía viene precisamente detallado en el estudio de impacto ambiental que en estos momentos está en periodo de exposición pública y son numerosos los yacimientos arqueológicos próximos al trazado, aunque directamente afectados hay tres. El primero de ellos es el denominado Portillo del Lobo, una zona donde se encuentra un santuario de época indeterminada en la localidad de Muelas del Pan. De hecho el trazado de la autovía se ve condicionado en este punto tanto por la presencia del yacimiento Portillo del Lobo como del denominado Tirocanto y el de San Esteban, sepultado bajo la actual carretera cuando se hizo el nuevo puente sobre el embalse. Este último es un poblamiento con restos del siglo XIII antes de Cristo al siglo VI, que data de las épocas del bronce medio, Edad del Hierro, Altoimperial y Tardorromano y visigodo. El yacimiento de Tirocanto es un lugar de transformación de materias primas contemporáneo, entre los siglos XVIII y XX. El trazado de la autovía se adaptará con el fin de minimizar la afección a estos yacimientos arqueológicos en la zona de Ricobayo-embalse-Muelas del Pan.
El segundo de los yacimientos que se van a ver afectados por la autovía A-11 es el denominado Los Tejares, lugares destinados a la fabricación cerámica datados entre los siglos XVIII y XX y situados en los términos municipales de Fonfría y Arcillera. Son dos tejares, uno de los cuales se verá afectado por el trazado de la autovía.
También se verá afectado el yacimiento de Los Barreros, de la edad del Hierro, en el segundo tercio del primer milenio antes de Cristo. Se trata de un hallazgo aislado con un pequeño toro de granito que se localiza entre los términos municipales de Rábano y Sejas de Aliste.
