El martinete, el batán y el molino funcionan a pleno rendimiento en las aceñas de Olivares. El Ayuntamiento de Zamora ha decidido poner en marcha de una vez por todas estos ingenios hidráulicos con una doble intención. Por una parte, activar el potencial turístico de estos recursos del Duero; y por la otra, mantener en funcionamiento las aceñas, producción incluida, para que nunca más sufran el abandono al que han estado sometidas.

Las aceñas de Olivares constan de los tres edificios con usos diferenciados anteriormente mencionados. El martinete o mazo, que sirve para moldear el hierro; el batán, cuya labor es trabajar con tejidos; y el molino, del cual se extraía la harina previo pago al Obispado de Zamora por el uso de las instalaciones. Recuperar estos ingenios ha costado al Ayuntamiento en torno a 45.000 euros y el objetivo es abrirlas al gran público a partir de este jueves, coincidiendo con la Semana Santa.

La producción podría regresar a estos emblemáticos edificios para contribuir al mantenimiento de las aceñas. Así, entre las ideas barajadas por el arquitecto y el equipo de Gobierno, se encuentran el cuño de pequeños emblemas de la capital, la fabricación de paños o bufandas y la producción de harina, que se podrían vender a precios módicos a los visitantes y rentabilizar así las instalaciones.