El proceso de liberación de la muralla sigue su curso en los despachos, aunque todavía faltan meses para que se puedan comprobar los resultados sobre el terreno. El Ayuntamiento de Zamora se encuentra actualmente preparando una oferta para los propietarios del número 37 de la avenida de la Feria, que habían solicitado previamente la expropiación forzosa. En un primer momento, los dueños no aceptaron los términos establecidos por el Consistorio y el proceso quedó en suspenso. Ahora, se les elaborará una nueva hoja de aprecio con el objetivo de que resulte satisfactoria para las partes. En cuanto a los derribos, la presencia de inquilinos en los edificios ya expropiados está dilatando las operaciones, aunque todo parece indicar que en el verano puedan comenzar las obras para lograr el objetivo de liberar el lienzo medieval de edificaciones.

Las expropiaciones en el entorno de la muralla continúan avanzando. El equipo de Gobierno habló siempre de liberar el espacio comprendido entre los números 11 y 37 de la avenida de la Feria y es precisamente este último bloque el siguiente en la lista, tal y como confirma el alcalde, Francisco Guarido. "Hace tiempo nos pidieron la expropiación forzada, pero quedó en suspenso porque querían una cantidad económica mayor de la que le ofrecíamos", explica el regidor. "Para no entorpecer la operación, continuamos llegando a acuerdos con el resto de edificios y ahora regresaremos con el 37", detalla. "La partida la hemos consignado en el Presupuesto de este año, porque una vez pedida la expropiación forzada debemos seguir tramitándola. Por lo tanto, les haremos una hoja de aprecio con el cálculo económico que nos ha dicho el servicio de Urbanismo", adelanta el alcalde.

Los últimos movimientos en este proceso liberador de la muralla se extienden también a la Cuesta de San Bartolomé, concretamente al inmueble de "Ciclos Piti". El Pleno celebrado el pasado jueves aprobó el derribo de esta edificación de 20 metros cuadrados, operación que corresponde acometer al Ayuntamiento de Zamora. Esta tramitación "tortuosa", en palabras de Francisco Guarido, permitirá al Consistorio abordar de manera inmediata los trabajos sobre el terreno. "Nuestra previsión era poder hacerlo antes, pero tal y como se han dado las circunstancias, esperaremos hasta después de Semana Santa para derribarlo", analiza el alcalde.

Las operaciones de derribo son ahora el principal caballo de batalla del Ayuntamiento de Zamora. Una vez se hicieron las expropiaciones, el Consistorio dejó a los inquilinos un periodo de tiempo "razonable" para poder abordar las mudanzas y dejar libres los edificios. "Algunos ya se han ido, pero otros no", explica Guarido. Por lo tanto, el plazo sigue corriendo y desde el equipo de Gobierno esperan poder comenzar las obras este verano y siempre con las miras puestas en finalizar en este 2017. "Nuestra previsión es derribar los números 17, 19 y 31 y terminar de hacer los proyectos de derribo que nos quedan pendientes. Las administraciones son lentas y este Ayuntamiento también, pero en verano habrá novedades en este asunto", comenta Francisco Guarido.