Noventa y seis menores viven en estos momentos fuera de sus familias originarias y se encuentran tutelados por la Junta. De ellos 30 viven en centros, concretamente 20 en el Colegio del Tránsito (tiene posibilidad de 26 plazas) y diez en los Menesianos (centro con 12 plazas máximas). Otros 66, por tanto, viven en régimen de acogida en otros hogares, aunque 27 de estos menores viven con la familia extensa, es decir, abuelos, tíos u otros parientes. El resto, 39, son los que están residiendo con familias ajenas a sus padres biológicos, un número importante, pero que no llega para hacer frente a todas las necesidades, ya que en estos momentos hay un niño de entre 7 y 13 años que podría estar viviendo en un hogar normalizado, pero la falta de una familia le impide salir de la residencia. Entre los niños acogidos siete tienen hasta un año, 17 entre dos y tres, once entre cuatro y seis, 15 entre 7 y 13 años y otros 17 de 14 a 17 años.

Todos estos datos se han puesto sobre la mesa durante la presentación de la campaña de captación de nuevas familias de acogida, que se desarrolla bajo el lema "Acoge y comparte su felicidad", en la que han estado presentes el delegado de la Junta, Alberto Castro, el gerente territorial de Servicios Sociales, Eutimio Contra, el presidente provisional de Cruz Roja, Jesús Juanes y la responsable de la misma organización que gestiona el programa junto con la Administración Autonómica, Silvia Montalvo.

Durante una campaña similar llevada a cabo el pasado año fueron 15 las familias que recabaron información y de ellas cinco las que al final dieron el paso, una decisión que debe ser "muy meditada", indicó Juanes, debido a que acoger un menor en el seno familiar es una tarea que debe implicar a todos los miembros del hogar.

Eutimio Contra explicó que cuando las familias biológicas no pueden atender debidamente al menor se puede llegar a la tutela de la Administración, siempre con orden judicial y como último recurso. Previamente, indicó, a través de los Servicios Sociales autonómicos y los CEAS de Ayuntamiento o Diputación se intentan otro tipo de medidas con el fin de que el niño pueda estar en su casa viviendo con su familia. Es cuando las medidas anteriores fracasan cuando se puede llegar a separar al menor de sus padres biológicos, siempre que se entienda que la medida redunda en beneficio del niño.

Castro puso el acento, además en el nuevo Estatuto de los Acogedores Familiares que ha puesto en marcha la Consejería de Familia, y que recoge y ordena los distintos apoyos a los acogimientos, entre los que se encuentran la acreditación, los sistemas de apoyo como el telefónico 24 horas, o las compensaciones económicas de los gastos o las exenciones fiscales de las mismas y los permisos laborales.