El joven para el que la Fiscalía Provincial exigía una condena a cuatro años de prisión por portar 25 pastillas de éxtasis (MDMA) para su venta fue ayer condenado finalmente a 18 meses de cárcel, después de que admitiera haber cometido el delito de tráfico de drogas que se le imputaba.

La sentencia -que tendrá que ser dictada en los próximos días tras llegar ayer a un acuerdo el abogado del procesado y la Fiscalía- recogerá la aplicación de la atenuante de drogadicción, que le ha valido al acusado, vecino de Zamora capital, ver reducidos los años de prisión solicitados por el Ministerio Público.

La confesión del delito también ha influido en la reducción de la pena exigida, que se suspenderá con la condición de que el joven de 34 años no vuelva a delinquir durante el tiempo por el que se prolonga la condena, puesto que carece de antecedentes penales.

El imputado, de iniciales M.B.M., deberá, además, abonar una multa de 700 euros, calculada en función del valor que habría tenido la droga incautada en el mercado y los beneficios que le habría permitido obtener. El informe pericial cifró en 275 euros la cuantía que hubiera podido ingresar el ahora condenado si hubiera logrado comerciar con las pastillas de éxtasis incautadas en su día por la Policía Nacional, que le detuvo en marzo del año pasado cuando caminaba por la avenida de Príncipe de Asturias.

En total eran 6,35 gramos de éxtasis en forma de píldoras, con una pureza del 52,17%, según los términos del informe elaborado por la Policía Nacional, tras efectuar el análisis pertinente.

Para que se haya admitido la atenuante de drogadicción se ha tenido en cuenta el informe forense que asegura que el joven es texicómano desde los 16 años, cuando ya fumaba porros, para pasar a consumir también anfetaminas con 18 años y éxtasis desde los 19 hasta la fecha en la que fue detenido, consumo que era de forma continuada. La conclusión de los forenses es que se trata de un consumidor crónico de diversas sustancias de adicción, en especial de cannabis, anfetamina y MDMA, lo que determina su dependencia de estos estupefacientes, aunque no padezca un deterioro cognitivo significativo, ni otras patologías asociadas. Por contra, su imputabilidad en la comisión de delitos puede estar muy diminuida o totalmente anulada.