Todo está siendo nuevo en el curso 2016-2017 de Sergio Martín Vizán. Él es uno de los alumnos zamoranos que disfruta este año de la beca de estudios de la Fundación Amancio Ortega en el extranjero, por lo que ha tenido que dejar a sus compañeros del IES Maestro Haedo para convivir con una nueva familia, hacer nuevos amigos en el instituto, adaptarse a otra forma de estudiar y conocer nuevos paisajes y una cultura diferente a la española, además de perfeccionar su inglés. "En resumen, adaptarme a un estilo de vida que hace poco más de un año no conocía", reconoce.

De Estados Unidos había oído hablar mucho, pero tras investigar por Internet eligió Canadá como destino de esta beca. "Muchos me dijeron que era mejor la otra opción, pero no me arrepiento de la decisión que tomé", asegura. De esta manera, las novedades para él comenzaron nada más llegar al aeropuerto, ya que sería la primera vez que viajaba en avión. "Estaba nervioso por el vuelo y por lo que me iba a encontrar. Al llegar, lo primero que vimos fue mucho verde y mucha lluvia, entonces me di cuenta del frío que me esperaba", bromea sobre su primera impresión de Canadá.

Este curso lo estudia en el instituto Thomas Haney, de Maple Ridge, en la comunidad de British Columbia. "Es una ciudad muy grande y todo está más lejos de lo que parece, aunque tiene pocos habitantes más que Zamora y solo seis institutos. Aquí, como en la mayoría de América, hay sitios de comida rápida por todos lados. Es un poco más aburrida que Zamora, pero muy tranquila, lo que viene bien en ciertos momentos", compara.

Sobre el sistema educativo canadiense, el zamorano apunta que allí hay libertad de elección para las materias, dentro de un orden, "y es el alumno quien va a la clase del profesor, no al revés. Tampoco hay un grupo determinado de estudiantes por clase y te encuentras con compañeros diferentes en cada aula. Las clases son de una hora y el recreo es a las doce, coincidiendo con la hora de la comida", explica.

Por otra parte, el instituto Thomas Haney dispone de una serie de horas libres a la semana que se utilizan para hacer deberes y exámenes. "Aquí puedo examinarme cuando quiera y esté preparado. Puedes estudiar por tu cuenta, con la ayuda de formatos de Internet en la escuela y, por supuesto, también de los profesores", indica.

Especialmente agradecido se siente con la gran familia de acogida que tiene, que consta de un matrimonio y seis hijos. "Es una familia muy unida y agradable y se ha portado muy bien conmigo desde el principio". Con ella ha vivido fechas especiales como las navidades, cuando más ha echado de menos a los suyos en Zamora. "Fue una época un poco rara, porque te sientes extraño al no estar con tu familia, pero he podido vivir esos días de otra manera, porque aquí viven muy intensamente el espíritu de la navidad", reconoce.

Hacer amigos tampoco ha sido un problema para este estudiante zamorano. "La gente es muy agradable y te trata muy bien de inmediato. La mayoría ya tiene su grupo de amigos hecho, pero es fácil entrar. Además, la música me ha ayudado bastante, ya que formo parte de la banda del instituto y he conocido a mucha gente gracias a ello". Aparte de la música, los estudios le dejan también tiempo libre para otras aficiones, como conocer los alrededores. "Lo que más hago es ir a Vancouver, que está a hora y media en autobús. También he visitado la isla de Victoria, otro sitio muy famoso por aquí", enumera.

Y la mejora en el idioma se nota de día en día. "Lo estoy hablando a todas horas e intento conversar lo mínimo en español, excepto cuando quedo con mexicanos y españoles, que nos sale hablar en nuestra lengua", confiesa. Ya sea en inglés o en español, también aprovecha para hablar de su tierra. "Al ser Zamora una ciudad pequeña, la mayoría de la gente no ha oído hablar de ella, lo que me viene muy bien para explicarles todo sobre ella", reconoce.

"Esta beca ha supuesto un gran cambio en mi vida, una oportunidad que me está sirviendo para madurar y valorar las cosas a las que antes no daba importancia", valora para finalizar.