Ahorro energético, jornadas más largas y, sobre todo, más luz. El horario de verano es el preferido por los zamoranos y aunque la hora de sueño «se nota un poco», el trastorno es apenas inapreciable salvo para profesionales que trabajan esta jornada dominical o durante la madrugada.

Las agujas del reloj saltaron de forma súbita de las dos a las tres esta madrugada fruto de una directiva europea que afecta a todos los integrantes de la Unión y que aspira a un mejor aprovechamiento de las horas de la luz solar y, en consecuencia, un consumo menor de electricidad. Según los datos oficiales, el potencial ahorro en iluminación se traduce a un 5%, el equivalente a 300 millones de euros. De esa cantidad, unos 90 millones salen de los hogares, una media de seis euros por vivienda.

Problemas para conciliar el sueño, somnolencia durante el día, dificultad de concentración e incluso irritabilidad son los síntomas más frecuentes que los especialistas detectan debido al cambio horario. Sin embargo, los zamoranos no acaban de creerse esta sintomatología:_«El cambio es apenas imperceptible, no va a ningún lado», explica uno de los encuestados. Diferente lo ve otra de las zamoranas que también ha dado su opinión, enfermera de profesión y, que al trabajar hoy domingo, la hora de sueño le cuesta cara. Para otros, en cambio, no es más que tiempo: «Tanto mi pareja como yo estamos en paro así que lo mismo nos da levantarnos a las diez que a las once», lamenta, sin dudar que «ojalá me afectara en ese sentido».

En cualquier caso, la luz «es vida», coinciden la mayoría de los encuestados, que se muestran «encantados» de tener que cambiar las manecillas de sus relojes para «dar la bienvenida a más horas de luz». Para ellos, la prioridad no es tanto el ahorro energético „«ya que desde luego en la factura doméstica no se nota apenas nada, quizá sí en las industrias o en las fábricas»„ como el «poder ganarle más día a la noche».