María Asunción Rodríguez Gato ha quedado el próximo lunes con el inmigrante que le pagó los 43 euros del repostaje de la gasolina de su furgoneta en un centro comercial de la capital, ya que había extraviado el bolso y no había manera de que le dejaran marchar sin abonar el importe. "Fue el único que le ayudó", dice Asunción, interesada en contar la historia para terminar con los estereotipos que colocan un muro de sospecha sobre las personas de aspecto árabe, y más ahora con la psicosis de atentados.

Asunción vive en Vezdemarbán y se dedica a la distribución de huevos en la zona entre Toro y Valladolid. Su furgoneta se estropeó y tuvo que traerla al concesionario en Zamora. Cuando volvió a recogerla aprovechó para hacer la compra en una mediana superficie, el DIA de la avenida de Galicia. Metió las bolsas en una caja y, ocupada con las dos manos y atendiendo llamadas de pedidos por el móvil no se percató de que se dejaba el bolso en el carro del super.

Montó en la furgoneta y fue a echar gasolina a un centro comercial próximo. Fue a la hora de pagar cuando se dio cuenta de que no llevaba el bolso y le vino a la cabeza que se lo había dejado en el carro. Pidió por favor a la cajera que la dejara ir a buscarlo rápidamente, y se ofreció a dejarle en prenda "un móvil que vale un pastón". Pero la empleada tenía que seguir el protocolo, que pasaba por llamar al guarda de seguridad.

Asunción decidió pedir ayuda y topó con el vendedor ambulante de aspecto inmigrante, al que solicitó que la acercara con su coche hasta el supermercado de la avenida de Galicia por ver si recuperaba el bolso. El hombre le pidió que se explicara y a continuación le dijo que se marchara, que él se encargaba de abonar los 43 euros de repostaje.

El bolso, con alrededor de 1.500 euros, no apareció: en el carro no estaba, tampoco en las inmediaciones ni las cajeras del supermercado habían recibido noticia alguna de algún cliente que se lo hubiera encontrado. Asunción regresó a la gasolinera, donde le estaba esperando su benefactor, con el que se intercambió el teléfono para saldar cuanto antes la deuda del combustible.

Asunción ha denunciado el extravío del bolso, con el dinero y toda la documentación dentro, en Comisaría.