Podemos en Movimiento, la corriente anticapitalista de la formación morada, reivindica la constitución de una gestora para dirigir el partido en Zamora después de que el pasado 15 de febrero dimitiera el secretario general, Braulio Llamero. La única "solución democrática" a juicio del colectivo anticapitalista zamorano es "dar un giro de 180 grados en el Consejo Municipal y constituir una gestora formada por las diferentes sensibilidades que existen en el seno de la formación en la ciudad para poder trabajar todas juntas en la defensa de los servicios públicos, luchar contra la precariedad laboral y tratar de solucionar todas aquellas problemáticas que concurren en nuestra provincia", aspira Podemos en Movimiento.

Los integrantes de la vertiente del partido morado sopesan que "no tomar esta decisión política limita y va en contra lo decidido en Vistalegre II", además de implicar la continuidad de una política que tildan de "sectaria marcada por el antiguo secretario general de Podemos", arremeten en referencia a Llamero.

A pesar de la "idoneidad" de la creación de una gestora, los integrantes restantes del Consejo Ciudadano "han decidido de forma totalmente unilateral desdeñar su constitución para dirigir el partido hasta las nuevas elecciones al Consejo Ciudadano y ser ellos quienes lo hagan", acusan algunos integrantes.

La decisión se ha tomado "con el aval surrealista de la secretaria de organización regional y sin dar la opción a las personas inscritas en Zamora a valorar y decidir sobre esta situación atípica en la que se encuentra el partido". El razonamiento que sigue Podemos en Movimiento obedece a una simple regla de tres: "Si Llamero dimite, lo lógico es que todos los de esa lista dimitan también por sentido común".

El colectivo apuesta por la recuperación de las "tareas fundamentales abandonadas en el primer Vistalegre", es decir, "más democracia interna, más apertura a los movimientos y luchas, pluralismo y la construcción de contrapoder desde abajo". Sin embargo y "a pesar de que a nivel estatal se opta por unificar las sensibilidades mayoritarias para hacer más fuerte el proyecto", el movimiento anticapitalista detecta que "en Zamora esto no está ocurriendo y no es porque desde Podemos en Movimiento no lo hayamos intentado".

La reciente dimisión de Llamero, "lejos de mejorar la situación, lo que ha hecho es sacar a la luz una dinámica de sectarismo autorreferencial y excluyente así como la visión de la política como un club de colegas".

Podemos en Movimiento Zamora apuesta por una política "diametralmente opuesta a la llevada a cabo hasta ahora por el exsecretario general Braulio Llamero, autorreferencial y excluyente, y que nos tiene fuera del Ayuntamiento por su falta de capacidad política, sectarismo y ausencia de generosidad", remata el colectivo.