El zamorano Raúl Álvarez del Río cumplirá 25 de los 37 años de prisión impuestos por la Audiencia Nacional después de que un jurado popular le encontrara culpable por unanimidad de dos asesinatos con alevosía, el de su novia, la joven dominicana Adolfina Puello Sánchez, y el de la hija de esta de 9 años de edad, Argelys, en el domicilio que la mujer tenía en Vallecas el 29 de junio de 2014, desde donde al día siguiente trasladó los cadáveres hasta San Vicente de la Cabeza para arrojarlos a un pozo. El acusado deberá indemnizar a las familias con 255.000 euros, 45.000 por la muerte de la niña para cada uno de los tres abuelos que se personaron en la causa; y de 60.000 euros para la madre de Adolfina y otros tantos euros para el padre.

El magistrado, que admite la agravante de parentesco al considerar el jurado que existía una relación "análoga al matrimonio con convivencia" entre el acusado y Adolfina, le condena a 19 años de prisión por matar, sin que hubiera posibilidad de respuesta ni defensa, a la menor de edad, a la que abordó de forma sorpresiva -como confesó el acusado en el juicio con jurado sin precisar cómo- cuando la niña apareció en la cocina del piso de la calle de Sancho Panza al escuchar ruidos, instantes después de que Raúl hubiera estrangulado a la madre de la menor.

Para asesinar a su novia "la asió con fuerza por el cuello sirviéndose de ambas manos y apretando para impedirle respirar y con el decidido propósito de causarle la muerte", según la sentencia. El juez deja en 18 años de cárcel la condena por el crimen de Adolfina y justifica el no elevar hasta los 20 años las penas porque el joven zamorano, si bien primero ocultó los cadáveres "con particular frialdad o desprecio incluso hacia los cadáveres e incrementando el ya muy grave dolor de sus allegados", también "al desvelar el lugar" en el que los escondió", "agilizó objetivamente la localización y la investigación". Del mismo modo, el juez estima que "contribuyó a mitigar el desconcierto y la zozobra de los familiares de las víctimas", aunque no fuera ese su propósito. Así, al no superar ninguna de las penas los 20 años, el zamorano solo cumplirá 25 años de reclusión.

Frente a la petición de la condena por dos homicidios imprudentes que solicitaba la defensa del procesado, el juez acude al informe de los forenses zamoranos que realizaron las autopsias para rechazarlo. El "estrangulamiento con sus propias manos" de la joven dominicana "requiere que la presión sobre el cuello se prolongue durante un tiempo no insignificante, lo que excluye que al que realizar esta maniobra agresiva no tuviera el propósito de causar la muerte" de su novia, abunda el juez. La defensa ha anunciado que recurrirá al Tribunal Supremo porque ni la Fiscalía exigía dos asesinatos en su calificación.

En cuanto al asesinato de la niña, el magistrado argumenta que Raúl Álvarez del Río, le "causó voluntariamente la muerte a Argely, probablemente a través de la asfixia", según indicaron los forenses en el juicio, que afirmaron no haber encontrado en la menor lesiones vitales anteriores a la muerte, "con ausencia completa de traumatismos craneales o fracturas óseas, salvo una pequeña contusión en la zona del tórax que podría haberse producido por impacto de menor entidad".

El jurado no consideró acreditado que, como manifestó el imputado, Adolfina forcejeara con él ni que "le golpeba para zafarse", puesto que no signo de ninguna lesión en el acusado ni "en la vivienda se presentaba signo alguno de violencia", según el testimonio de los guardias civiles que acudieron al domicilio y las fotografías tomadas en su día. "Ningún vecino escuchó ruidos, gritos u otros signos de pelea o contienda", apunta el magistrado en su sentencia.