-Regresa a Zamora con el montaje "Reina Juana".

-Me hace mucha ilusión regresar a este teatro tan especial. Además, Zamora es una provincia que forma parte de mi vida porque mi padre era de Bermillo de Sayago y todavía conservo la casa en ruinas en Luelmo y tengo familia en Moralina. Lamentablemente solo estoy un día porque esta obra se anuncia como un monólogo trágico y parece que a los programadores les asusta. "Reina Juana" es una obra en la que, desde que la estrenamos hace un año en Sevilla, hemos llenado. De hecho, vamos a regresar a La Abadía porque se colgó el no hay entradas. .

-¿Por qué encarna a Juana de Castilla a quien no quiere que llamen "la Loca"?

-En primer lugar yo no acepto un trabajo que no me guste hacer. Aposté por este personaje en cuanto leí el texto. La propuesta de Ernesto Caballero me enamoró y supe que tenía que hacerlo. Estaba contratada por Jesús Cimarros y tuve que pedir traspaso, como los futbolistas. (Risas). Estuve un año investigando y profundizando en ella pero ha merecido la pena. Dice en el programa Gerardo Vera, el director, que si Shakespeare hubiera sabido más de ella le hubiera escrito una tragedia. Juana fue maltratada por su madre, por su padre, por su esposo, por sus hijos y por su nieto y por la historia. Era una mujer superdotada, hablaba varios idiomas y tocaba varios instrumentos y sentía un gran rechazo hacia la Iglesia. Le parecía que su madre sí que estaba loca porque introdujo la Inquisición en cuanto supo que su marido le era infiel.

-Ernesto Caballero realiza una nueva revisión a esta mujer.

-Hay una recreación poética. Del primer texto al que hemos estrenado al final....Tengo mil anotaciones en mis cuadernos de estudio. Yo no soy ni Meryl Streep, ni Nuria Espert ni José Luis Gómez. Yo investigo tanto que luego los autores tienen que reescribir.

-¿Esto ha sucedido en esta obra?

-Sí, en el primer texto se hablaba poco de los comuneros y me puse tan pesada que luego tuve que estudiar ese pasaje de la historia porque aparece más el movimiento comunero. Nunca entendí porque Juana les traiciona. Creo que la historia hubiera cambiado con este movimiento. Es la obra hay un momento muy bello donde recuerda ver, desde las torres del castillo de Tordesillas, como le cortan las cabezas.

-Usted está sola en el escenario.

-Pero yo no me considero sola. Únicamente falta que aparezcan los actores porque los personajes aparecen virtualmente. Además muchas de las cosas que se dicen son palabras escritas por Juana, quien escribió muchísimo. El estudio que ha tenido que hacer Ernesto Caballero para llegar a hacer esta recreación poética ha sido ingente. Yo había visto muchas películas sobre ella pero ahora sé muchísimo de ella. En mi opinión, si no se saben los antecedentes de un personaje, no se puede interpretar. Cuando son personajes de ficción me invento antecedentes, como me ha enseñado José Carlos Plaza. Ahora estoy haciendo un personaje en Netflix, "Las chicas del cable", y me he inventado muchas circunstancias de doña Carmen porque las anotaciones de los guionistas son pocas.

-Los humaniza.

-Creo que solo haciendo esto se puede interpretar. El arte de la interpretación solo se consigue mediante el estudio.

-Para este montaje se ha dejado el pelo blanco ¿por elección personal o por exigencias del libreto?

-Porque el director y, sobre todo, mis hijos que me han dicho que ya iba siendo hora de que dejara de tener el pelo oscuro. Meryl Streep va a los Oscar son su pelo blanco y no pasa nada. En España no sabemos envejecer. Ha sido un paso que me ha costado, porque tengo fans que no dejan de mandarme fotos de películas que hice como joven como "La chica ye yé". En mi casa, por ejemplo, no tengo ninguna imagen de esa época, sino de mi familia y de cómo me voy haciendo mayor con mi nieto. Creo que en general a las mujeres nos cuesta hacernos mayores pero no es mi caso. Estoy encantada de la vida lo peor que se me puede decir es si quiero tener un novio. Soy mayor y estoy encantada de serlo. Vivo la vida con una gran plenitud, en la medida de mis posibilidades, porque no puedo bailar como hacía antes.

-¿Qué echa en falta en la escena actual?

-Lo que echo en falta es que haya más productores que arriesguen, que no sean cobardes. Con el último espectáculo que produje "Hello, Dolly" lo que perdí todo lo que tenía, pero mis compañeros siguen recordándome todos los años ese musical de la compañía de Concha Velasco y Paco Marsó. No hay productores que se arriesguen por eso hacemos la función solo un día en Zamora,

-¿Volverá a embarcarse en este ámbito?

-Tengo 77 años, aunque tengo una obra en cartera que me gusta mucho y si no me la acaban produciendo, no descarto ser yo misma quien la produzca, como he hecho desde que tenía 22 años con "Las que tienen que servir". No creo que nadie se atreva con ella, por lo que no lo descarto. No obstante, hasta que no termine con "Reina Juana" todo lo demás está aparcado.

-Usted ha trabajado con los actores más importantes de las últimas décadas pero se siente marcada por?

-Mari Carrillo, porque ha sido la más grande y con la que tuve la suerte de trabajar. Yo siempre me pongo metas de admiración y como ella ya no está en este mundo y Núria Espert sí, la sigo siempre que puedo y también a José María Pou, quien también me ha dirigido, y a José Luis Gómez.

-Usted es un referente para las nuevas generaciones de actores.

-Ojalá sea así y en tal caso soy un buen referente (risas) porque soy disciplinada, puntual, trabajadora y estudiosa, pero hay que tener la gran memoria como tenemos José María Pou, Carlos Hipólito y yo.