Tras recibir el pasado sábado la confianza de los delegados de CC OO, Manuel Prieto encara su segunda etapa al frente del sindicato en Zamora. Comienza esta nueva etapa acompañado de Trinidad Acebes, Luis Castro, Carmen Alonso, Federico Muñoz, Trinidad García, Javier Redondo, Esther Heredero y Antonio Salvador, sus personas de confianza durante los últimos años. "Empezamos fuerte", asegura Prieto en referencia al cierre de la primera planta del hospital de Benavente y a la negociación colectiva de este año. Son temas muy dispares, "pero tenemos la obligación de meternos en todo".

-¿Qué balance hace de los cuatro primeros años al frente del sindicato?

-Obviamente, han estado muy marcados por las políticas de austeridad y recortes del Gobierno. Como no puede ser de otra manera, nos hemos mostrado en contra de todas las medidas que creemos afectan negativamente a trabajadores y ciudadanos en general. Hemos mantenido, y lo seguiremos haciendo, que la reforma laboral ha creado trabajadores pobres. No se ha creado empleo, se ha repartido el que había. Y en Zamora, ni eso, porque hay menos cotizantes.

-Miles de trabajadores les miran, pendientes de la negociación colectiva de este año. ¿Cómo ha comenzado?

-Las plataformas que hemos constituido piden, de entrada, aumentos del 3% en los salarios. También miramos mucho a las llamadas "cláusulas sociales", como las de igualdad de género y conciliación de la vida laboral y familiar.

-En lo relativo a salarios, ¿qué se están encontrando al otro lado de la mesa de negociación?

-Estamos en las mismas que en los últimos años. Enfrente, tenemos un muro. La austeridad de los últimos años ha provocado que el consumo no repunte, y los empresarios no entienden que, si no se suben los sueldos, van a seguir sin vender sus productos. Es la pescadilla que se muerde la cola. Ya veremos cómo avanzan las negociaciones, pero de entrada no quieren -los empresarios- negociar ningún tipo de subida salarial. No queremos pasar por ahí, pero tenemos el respaldo que tenemos y no podemos apretar más que lo que estén dispuestos a asumir los propios trabajadores.

-El sábado, tras el congreso, decía que su intención era volver a las calles y a los centros de trabajo. ¿Cree que han dejado de lado esa vertiente más reivindicativa?

-Está claro, tenemos que volver a las calles, estar con los ciudadanos. Somos un sindicato sociopolítico, nos metemos en todo y tenemos que volver a ganar la calle, hacernos con la confianza de la gente y luchar por Zamora. Es cierto que a veces parece que no tenemos un gran respaldo, pero es lógico en provincias como Zamora. Cuando el sindicato negocia un convenio a nivel regional o nacional los acuerdos afectan a miles de trabajadores. Aquí hay sectores donde apenas hay unas decenas de personas implicadas. Pero necesitamos que la gente se conciencie. Cuando negociamos un convenio grande, como el del comercio u hostelería, no solo representamos a nuestros afiliados. Los acuerdos, cuando son buenos, afectan a los afiliados y a todos los trabajadores. La gente debe saber que, aunque no pague la cuota, negociamos la mejora de sus puestos de trabajo. Obviamente, nos gustaría tener más respaldo y que las medidas de protesta que planteamos estén más concurridas.

-Hay gente que les "acusa" de no ser suficientemente duros en la negociación colectiva.

-Vuelvo a lo mismo, tenemos el respaldo que tenemos. Antes la gente tenía menos miedo, pero ahora saben que los empresarios pueden despedir prácticamente gratis y claro, se lo piensan. No podemos plantear una huelga si sabemos que la plantilla tiene miedo.

-Periódicamente se reúnen con Ayuntamiento y Diputación, pero parece que esas conversaciones no cristalizan en nada. Lo último fue el Plan de Dinamización que iba a comandar la Diputación. ¿Cuál es la situación?

-No nos hemos vuelto a reunir, pero seguimos trabajando. Desde el sindicato estamos elaborando un documento con medidas concretas para la provincia. Un documento apolítico al que pretendemos que se adhieran todas las administraciones, agentes sociales y colectivos profesionales. Queremos que todo el mundo contribuya. Nosotros ponemos las ideas, pero no tenemos los medios para llevarlas a cabo. Eso lo manejan las administraciones y el dinero sale de los trabajadores y contribuyentes. Queremos que el dinero que manejan, que es muchas veces de los zamoranos, se invierta en planes de actuación para nuestra provincia.

-¿Cómo valora la marcha de Ignacio Fernández Toxo?

-Ha vivido una etapa complicada por los recortes y la austeridad. Ahora, con Unai Sordo, se abre una nueva etapa. Tendrá nuestro apoyo y, seguramente, lo tendrá más fácil que en Euskadi, donde el sindicalismo de Comisiones Obreras se ve como españolista por parte de los sindicatos nacionalistas.