Los vecinos del casco histórico de Zamora claman contra la celebración del botellón durante la madrugada del Viernes Santo y piden al Ayuntamiento de la capital que "cumpla la ley" que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública. La presidenta del colectivo, Carmen Núñez, insiste en la ilegalidad de la práctica y valora que "no se trata de que el Ayuntamiento permita o no permita, es que hablamos de legislación en vigor", apunta, tras advertir que "esto es una lucha cada año y no vamos a parar esté quien esté al frente del equipo de Gobierno".

Ante esta situación, la representante vecinal pide "alternativas culturales y de ocio" para la noche del Jueves al Viernes Santo de cara a que los jóvenes "tengan otras opciones mientras esperan por la procesión que no sea el beber por beber". Además, considera que el Ayuntamiento debe "insistir más en la concienciación, pero no ahora que llega al fecha, sino todo el año".

La celebración del macrobotellón en San Martín -además de en otros puntos, como en la calle de Balborraz- se trata de una práctica que Zamora arrastra desde hace años con problemas vecinales que salen a la luz cada Semana Santa. "La imagen que damos es vergonzosa y la basura permanece hasta el mediodía del día siguiente dando un aspecto bochornoso", insiste Núñez. El pasado año "entraron en la zona hasta coches con los maleteros abiertos con bebidas y música que se escuchaba en todas las viviendas de la zona, los urinarios públicos acabaron volteados y la basura regaba el césped a toneladas". Carmen Núñez va incluso más allá y aborda los problemas de colapso de los servicios sanitarios durante la madrugada del Viernes Santo así como al servicio de la Policía Municipal, "que queda reducido porque toda la atención se la lleva el macrobotellón y el resto de efectivos tiene que estar con las procesiones".

Cada año, la noche más larga deja un rastro de alrededor de tres toneladas de basura regadas por San Martín a consecuencia de un macrobotellón que reúne cada año a miles de jóvenes no solo de Zamora capital sino de la provincia y del resto de ciudades limítrofes. Tanto es así que "ya se venden billetes fuera de la capital para promocionar la movida zamorana del botellón en Semana Santa", lamenta Carmen Núñez. Como alternativas, la dirigente vecinal sugiere la organización nocturna de "fiestas razonables, teatros, actividades culturales, talleres de disciplinas creativas... infinidad de iniciativas para poner fin a esta batalla campal que tenemos que sufrir cada año". El pasado año se recurrió a la intervención de seis mediadores, que trabajaron toda la noche para combatir el consumo de alcohol y drogas, repartiendo también preservativos y bolsas de basura.

La propia Junta pro Semana Santa se resiente también del fenómeno del botellón al dañar la estética semanasantera.