Acaba de llegar de su última misión y todavía conserva en la retina las "lamentables" condiciones en las que se encuentran los refugiados. El zamorano Javier Carracedo, presidente de la ONGD Acción Norte, ha estado durante diez días en Belgrado, donde cientos de jóvenes han encontrado en la antigua estación de autobuses abandonada un improvisado hogar.

"La mayoría son adolescentes de entre 14 y hasta los 30 años. Algunos son hermanos pero no hay familias como en otros campamentos", describe el presidente de la ONGD. La cifra de estos refugiados oscila cada día entre los 700 y los mil hombres, procedentes sobre todo de Afganistán y Pakistán. Su objetivo es alcanzar la frontera con Hungría "pero los controles policiales son muy fuertes y es casi imposible conseguirlo", apunta.

En este sentido, explica que lo que hacen estos hombres es salir en autobuses con sus mochilas hacia la frontera "y tras pasar cuatro o cinco días en el bosque, los contrabandistas les dan el pase para probar suerte, pero casi ninguno lo logra, porque la acción policial es muy exhaustiva y reciben desde palizas hasta mordeduras de los perros que llevan los agentes. Cuando regresan a la estación, llegan llenos de moratones y de arañazos y mordiscos", lamenta.

Es el la estación donde reciben los escasos cuidados sanitarios de los voluntarios de las diferentes organizaciones humanitarias que allí trabajan. "He conocido a un chico de 16 años que ha intentado cruzar la frontera en once ocasiones", pone como ejemplo el zamorano. Si consiguen su objetivo, el viaje continúa hasta Francia, Alemania o los países nórdicos. "Allí hay mucha gente sin estudios, pero también hombres con carrera y muy preparados. Cuando los atendemos de cualquier herida, nos terminan contando su vida. Tienen, además de daños físicos, ansiedad y estrés", apunta.

Además, la acción de las pequeñas ONG que han podido entrar en la zona se centra en dar de comer y cenar a los refugiados, aprovisionar de leña las estufas o entregarles ropa, puesto que de vuelta de la frontera, llegan sin nada. "La única organización grande es Médicos Sin Fronteras, pero están fuera de la estación", explica Carracedo. "La situación es muy dura, hay mucha suciedad y hasta hace dos semanas, no había ni luz ni agua", añade.

De regreso a Zamora, la asociación ultima los detalles para poder enviar a través de carretera a Belgrado todo el material recaudado gracias a la generosidad de los zamoranos hace apenas un mes, cuando se realizó una campaña especial en la Plaza Mayor para recoger mantas y ropa de abrigo. Será a comienzos de la próxima semana cuando inicie el viaje por Europa, una vez que se han logrado la documentación solicitada por las autoridades para poder transportar ayuda humanitaria. "Agradecemos el apoyo de los zamoranos, pero todavía necesitamos más colaboración, porque solo contamos con estas ayudas privadas", urge Carracedo. Aquellos que quieran colaborar con esta causa pueden realizar sus donaciones en el número de cuenta de La Caixa ES95 2100 1677 2802 0014 1433.