La Junta de Castilla y León continúa jugando al despiste con la construcción del centro cívico en el agujero del malogrado Palacio de Congresos. El consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, aseguró ayer en su visita a la capital que el espacio de Jiménez de Quesada debe ser rellenado con "algo que sea útil" para la ciudad, aunque sin especificar qué debe ser ese "algo". Unas declaraciones que contrastan con el acuerdo alcanzado hace ya un par de meses entre ambas administraciones y que consta, de hecho, de un anteproyecto con planos, presupuesto y distribución del espacio. El Ayuntamiento de Zamora ya ha mostrado su postura al respecto y ha asegurado que no va a elegir entre centro cívico o conservatorio, dado que ambas infraestructuras son competencia de la Junta. Por lo tanto, Zamora deberá esperar a que los balones que la administración regional ha echado fuera regresen al terreno de juego.

Suárez-Quiñones ha dejado más dudas que respuestas en su visita realizada ayer a la capital. El consejero de Fomento dejó en el aire, como ya hiciera Juan Vicente Herrera el pasado mes, la construcción del centro cívico. "El presidente ya se ha pronunciado sobre este asunto y lo único que tenemos que decir es que estamos trabajando desde hace un año con el Ayuntamiento de Zamora para ultimar lo que se va a hacer allí", explica. "Debe ser algo útil para Zamora, adecuado a las circunstancias actuales. Cuando tengamos decidido lo que vamos a hacer, entonces pondremos de manifiesto cuál es la solución a ese famoso agujero", explica.

Lo cierto es que el anteproyecto que manejan Junta y Ayuntamiento ya dice qué va a ser ese "algo": un centro cívico de dos plantas con sótano, con 4.577 metros cuadrados y un presupuesto de 2.735.810 euros financiado al 70% por la Junta y el 30% por el Consistorio. La incógnita es, ahora, por qué tantas dudas.