Un coche fúnebre, sacerdotes, religiosas, plañideras y plañideros sin olvidar la tradicional sardina conformaron ayer el Entierro de la Sardina que supo fin anoche a los festejos del Carnaval 2017.

La comitiva, que partió de la mitad de la calle Santa Clara por las calles más céntricas hasta la Plaza Mayor, la encabezaba un vehículo fúnebre tras que iban los eclesiales acompañados de un monaguillo que portaba un incensario. A continuación desfilaban las plañideras, tanto ellas como ellos, que no paraban de cumplir con su cometido y la sardina, llevada a andas al ritmo que marcaba unos tambores.

Además, un maestro de ceremonias instaba a los zamoranos a sumarse al cortejo que despedía a las jornadas de alegría y colorido, que ponía fin a los disfraces, los desfiles y las copillas de las murgas tanto callejas como oficiales.

En la Plaza Mayor hubo un breve "responso" a la sardina y finalmente el pez, en cuyo interior había petardos, ardió ante la mirada de muchos zamoranos congregaron delante de edificio de la Policía Municipal.

Los grupos Juan del Enzina, Atrezzo, Natus y Fantasía con esta puesta en escena recuperan "la parodia de un sepelio al uso".