Ha vivido en primera persona la enfermedad y tiende la mano tanto a los adictos como a sus familiares para ganarle el pulso al alcoholismo.

-¿Qué supone el nuevo convenio con la Diputación?

-Supone un paso adelante en el ámbito rural que, aunque hacíamos lo que podíamos hasta ahora, era inviable llegar más en profundidad. A partir de ahora, abordaremos la provincia con mucha más eficacia en colaboración continua con los CEAS de la Diputación.

-¿La incidencia del alcoholismo en el medio rural es más alta que en la capital?

-El colectivo cuenta con más socios en el medio rural pero no porque haya más adicción en los pueblos sino porque mucha de la gente de la capital opta por recibir tratamiento en Salamanca por apariencia o por miedo al qué dirán. Todavía hay un problema de concienciación muy importante y cuesta mucho sensibilizar sobre el hecho de que el alcoholismo es una enfermedad como otra cualquiera. Hay que empezar por ahí.

-¿Cómo es el hábito de consumo entre los menores de edad?

-Hay un error muy generalizado entre los adolescentes y es confundir la diversión con la borrachera y el atracón. Los jóvenes deben conocer los trastornos que implica una adicción así no solo para ellos mismos y su futuro, sino para su entorno más cercano, empezando por sus familias. De ahí la importancia de las charlas de prevención que desarrollamos en Zamora y que a partir de ahora fijaremos con más frecuencia en los pueblos gracias al nuevo convenio que suscribiremos con la Diputación. Aún no está firmado pero ya existe un borrador con las pautas básicas.