El intérprete Guillermo Montesinos actúa mañana sábado a las 20.30 horas en el Teatro Ramos Carrión.

„ «¡Dinamita!» es el título del montaje que le trae al nuevo espacio cultural del Ramos Carrión.

„Sin duda se trata de un título muy sugerente. Es la historia de dos actores de cierta edad, interpretados por Manuel Tallafé y por mí, que han abandonado en los últimos tiempos la profesión por problemas y deciden, por separados, ir a un casting de un musical. Se encuentran y comienzan a contarse cosas. Interviene un guarda de seguridad, que interpreta Fernando Vaquero. Es una comedia trepidante, veloz y caótica que provoca la risa al público.

„¿Ese ritmo rápido es lo que demanda actualmente el público?

„Demanda de todo, pero en comedia buscan que sea hilarante y le haga pasar un buen rato sin menoscabar la profundidad del tema porque son dos personas solitarias y derrotadas que no se rinden. La lucha personal y laboral están presentes en unos personajes singulares que afrontar situaciones un poco fuertes ante quienes mueven los hilos de la cultura.

„¿Se realiza una crítica a las políticas culturales actuales?

„De alguna manera sale a través de estos actores que cuentan su situación desde un punto de vista subjetivo.

„Y Guillermo, al margen del personaje de Luisito que interpreta, ¿cómo ve el sector?

„Pasan los años y está igual. Las reivindicaciones de los años 70 siguen siendo las mismas que ahora. No se toman medidas con respecto a potenciar la cultura y facilitar que el público pueda acceder a ella y en la educación no se abre el acceso a las artes de una manera clara. El panorama es lamentable y seguimos igual porque interesan otras cosas: la rapidez de todo y que la gente esté informada de la manera que le interese a los poderes fácticos. La educación y la cultura están en un segundo e incluso en un tercer plano para quienes pueden tomar las decisiones. Veo complicado que se adopten medidas al respecto porque los intereses a nivel mundial van por derroteros muy distintos.

„El personaje que interpreta ha tenido que apartarse de su profesión. Usted lleva vinculado al mundo de la interpretación desde hace décadas ¿qué le hace seguir ilusionándose con cada proyecto?

„El ser un profesional desde los nueve años. Toda mi vida he trabajado en esto. He tenido momentos en los que me ha ido maravillosamente bien y otros en los que no tanto. He tocado todos los géneros y en todos he tenido grandes satisfacciones. Nunca he pensado dejarlo y ahora hay personajes que puedo hacer por mi edad. Siempre tengo ilusión en hacer cosas aunque haga menos cine.

„Usted ha dado vida a personajes inolvidables como el soldado Mariano de «La Vaquilla» o el taxista de «Mujeres al borde de un ataque de nerviosos».

„Estos dos los destaco. El hacer al personaje protagoniza con don Luis García Berlanga, con quien hice posteriormente otras dos películas más, fue un gran honor. «Mujeres», con Pedro Almodóvar, me supuso muchísima popularidad porque se vio en todo el mundo. Yo venía del teatro de toda la vida, pero en el año 1979 rodé «El crimen de Cuenca» con Pilar Miró, lo que supuso mi aldabonazo en el mundo del cine. De las más de 50 películas que he hecho, unas 20 estuvieron muy bien. Además he trabajado con los mejores directores de todos los tipos y estilos y el público hoy en día todavía me habla de muchos de estos papeles, lo que es gratificante.

„Ha hecho mucho teatro, pero si tuviera que seleccionar alguna obra sería...

„En los años 70 y 80 estuve en el Teatro María Guerrero y tuve la suerte de trabajar con Lindsay Kemp, una de las personalidades más importante en el mundo de la cultura en Europa. Con él tuve la suerte de hacer «5 Lorcas 5» donde hacíamos «El paseo de Buster Keaton», un poema precioso de Lorca. También trabajé con José Luis Alonso, el gran director de teatro, y con Pilar Miró, con quien hice «Hijos de un dios menor» en la que Kiti Mánver y yo hacíamos de una pareja de sordomudos. A todo ello se unen clásicos como Calderón con «El galán fantasma», con que hace un tiempo estuve ya en Zamora.

„¿Resulta fácil acercar al público al clásico actualmente?

„No es cuestión de facilitad. Hay que acercarlo porque son obras maravillosas y muy interesantes. Para un actor siempre es un reto. Son textos que en la primera lectura parecen imposibles, luego con el estudio se afrontan. Los clásicos son una satisfacción actoral.

„En las últimas temporadas ha formado parte de la serie Cuéntame.

„Llevo tres temporadas haciendo una colaboración, estoy muy contento y se ha firmado otra temporada más. En teatro todos los años me embarco en un nuevo montaje, pese a las dificultades que conlleva poner en marcha una nueva obra en el teatro privado. Ahora estoy también con «Enemigo del pueblo», puesto en marcha por una cooperativa.

„Habla de que una obra que sale adelante a través de una cooperativa.

„Es una manera de conseguir ser igualitario en la ruina. (Risas). Es una manera más de intentarlo y en esta profesión somos muchos, que no es que estemos locos, los que queremos vivir de la interpretación. El actual IVA dificulta que podamos sobrevivir los actores y que el público pueda acudir.

„¿Y que acudan los niños?

„Sí, sin duda. El teatro debería formar parte del sistema educativo como materia obligatoria igual que la literatura. Habría que llevarlos semanalmente a que vieran teatro porque sería un nuevo germen de público y también una fuente de formación y de aprendizaje histórico muy positivo para la mente. A veces se les lleva hasta los ocho años pero luego comienzan con los aparatos, ya sea móvil o tablet, se olvidan de las artes y de las relaciones personales.

„¿Qué tiene que tener un proyecto para que se embarque?

„Tiene que ser un texto que me interese y los compañeros, el director y la producción, serios. Si es de un teatro oficial tiene más garantías de subsistir. Dentro del teatro privado no es que haya crisis, hay una desolación y existe un intento de sobrevivir.