Raúl Álvarez del Río era un hombre "introvertido, callado y tranquilo", que nunca maltrató a las dos parejas sentimentales que tuvo antes y cuando cometió el doble crimen de la joven Dominicana, que había sido su novia, Adolfina Puello Sánchez, y de la hija de 9 años, Argelys, en el domicilio de las víctimas de Vallecas la noche del 29 de junio de 2014, la misma en la que trasladó los cadáveres en bolsas de plástico hasta San Vicente de la Cabeza.

Las dos mujeres respondieron en esos mismos términos a las preguntas que les formularon la fiscal y las acusaciones particulares sobre si el imputado tenía un carácter violento. Incluso, la última de las parejas dijo "es que no reconozco a la persona de la tele", en referencia al zamorano Raúl Álvarez del Río que confesó los dos crímenes el martes, en el juicio con jurado que sigue la Audiencia Provincial de Madrid contra él.

Esta testigo, pareja del imputado desde que este rompió con Adolfina en octubre de 2013 hasta su arresto como autor de las muertes de la madre y la hija, declaró que el procesado nunca le dijo nada sobre lo ocurrido con las dos víctimas. Solo se percató de que "había perdido peso" últimamente y de que cuando discutían "lloraba y le temblaban las manos". Aludió a esa conducta cuando le preguntaron expresamente si tenía miedo del zamorano, a lo que contestó con un "no", la misma respuesta que ofreció la primera amiga que testificó.

Esa mujer, que conoció a Raúl en 2009 y mantuvo con él una relación íntima desde 2010 hasta 2012, apuntó que él le dejaba de hablar durante un tiempo cuando reñían, pero que nunca hubo episodios de maltrato. Esta mujer, que se describió como celosa, manifestó que Raúl solo le consideró su novia durante un año y medio aproximadamente. Los padres de él la conocieron, al igual que a Adolfina y a su hija, que estuvieron con los sobrinos del joven zamorano en un par de ocasiones, relató la madre Raúl, nacida en San Vicente de la Cabeza.

El acusado mantuvo contacto frecuente con esa amiga íntima y con Adolfina cuando ya salía con su última novia, la misma que calificó como "positiva" su relación sentimental con él, a pesar de que ella tenía un carácter bien diferente al del joven, expresiva y extrovertida como afirmó ser, todo lo contrario a él.

El pozo

La madre de Raúl confirmó que desde 2013 su hijo no salía con Adolfina y que el pozo al que su hijo arrojó los cadáveres de las víctimas no era familiar, como se ha dicho, "será del pueblo, está al lado de un río", precisó. La mujer, que estuvo de vacaciones de julio a septiembre de 2014 en la casa de San Vicente de la Cabeza, cuando los cuerpos de las víctimas ya estaban en el acuífero, agregó que nunca se había acercado al pozo. El padre dijo que es un acuífero abandonado, lleno de maleza y en desuso, que nadie se aproxima allí.

Impugnación

Las abogadas de la acusación particular, de la familia de Adolfina y de la abuela paterna de la pequeña Argelys, advirtieron ayer que podrían impugnar el juicio, después de que el magistrado que lo preside rechazara unir a las actas las contradicciones que, según las letradas, había entre las declaraciones en instrucción de las dos parejas de Raúl y lo que ayer relataron sobre la relación que mantenían con el acusado.

El juicio se reanudará el lunes con los testimonios de los policías que efectuaron la instrucción y que arrestaron al imputado.