La juez acaba de condenar a ocho meses de prisión al joven apicultor que sustrajo 90 colmenas y 14 cajas vacías en junio de 2011 y en mayo de 2014 en Riego del Camino, en la finca El Morejón; y en Montamarta, en el camino de Cerecitos. La magistrada del Juzgado de lo Penal impone al imputado, de iniciales L.M.L., una indemnización de 3.375 euros más el interés legal de la cuantía, puesto que el mismo día del juicio entregó a los propietarios de los enjambres otros 2.289 euros para reparar el daño causado, lo que le ha permitido beneficiarse de la atenuante. Deberá abonar otros 320 euros por las cajas sustraídas y 198 euros por los soportes más el interés legal correspondiente, de acuerdo con el fallo judicial.

A estas colmenas, se suman otras 105 que el imputado admitió haberse llevado de Manganeses de la Lampreana, en la Vereda del Camino de San Cebrián-La Mara, por las que su propietario renunció a reclamar indemnización, ya que le fueron devueltas. La magistrada incluye estas sustracciones, que el joven apicultor, asentado en Bamba, cometió el 30 de agosto de 2013 y el 25 de septiembre de 2013, como hechos probados en la sentencia, pero no establece condena por ellas al renunciar el dueño a reclamar y no denunciar el hurto.

La juez desestima en la sentencia la reclamación de 200 colmenas que los denunciantes habían incluido en la denuncia por estimar que no se ha acreditado el hurto, por la que la Fiscalía Provincial solicitaba seis meses de prisión (dos menos de los que acuerda la sentencia) y la acusación particular, cuatro 4 de cárcel.

La magistrada considera probado que el imputado actuó "con ánimo ilícito d beneficio y con el fin de apropiarse de las colmenas o comerciar con ellas" para lo que se llevó en junio de 2011 24 colmenas llenas y 14 cajas del término municipal Riego del Camino-Manganeses.

El acusado se llevó otras 50 colmenas con sus soportes de hierro de una explotación de Montamarta y otras 16 con sus soportes de hierro también en ese municipios y en la misma fecha, el uno de mayo de 2014. El joven "fue sorprendido cuando trataba de llevarse otras 7 colmenas, que tenía cargadas en un remolque de un vehículo", apunta la sentencia.

El delito se califica como hurto y no robo porque no se considera delito de robo solo cuando se usa violencia o fuerza para acceder a las explotaciones apícolas, que en estos casos estaban al aire libre.