Debido al éxito cosechado por la Sanantonada el pasado mes de enero, la Peña Flamenca ha decidido repetir la experiencia a lo grande. De nuevo se trata de acercar el flamenco a los zamoranos a precio de riguroso menú. Por eso, mañana sábado, en el hotel NH Palacio del Duero (La Vinícola) y a las 21 horas, los aficionados y amantes de la música en general tiene una magnífica e ineludible cita con lo jondo, previa reserva en los puntos habituales.

Cinco artistas gitanos de Jerez, los que tan buen sabor de boca han dejado cuantas veces han visitado Zamora. La última con motivo de La Zambomba el pasado 22 de diciembre. En esta ocasión, como es natural, la actuación no será de villancicos, será de otros palos más profanos con especial oferta de bulerías como corresponde a los artistas de la albariza tierra jerezana.

Pedro Garrido, Niño de La Fragua, sobrino de Nano de Jerez y nieto de esa institución fragüera conocido familiarmente como Tío Juane. Es el coordinador del grupo. Romaní culto donde los haya -como se pone de manifiesto en la magnífica entrevista hecha por Celedonio Pérez en el periódico de ayer- En breve saldrá su primer trabajo discográfico con el sugestivo título de "Libertad condicional". Manuel de la Fragua, hermano del anterior y al igual que Pedro, además de ser un excelente intérprete por los aires jerezanos, es también un auténtico señor, dentro y fuera del escenario.

Coral de Los Reyes, cantaora pletórica de compás y preciosa voz con matices afillaos, con buenas habilidades para la patadita. Eva Rubichi, la personificación de la simpatía. Su risa sana contagia de inmediato al auditorio. Esposa de Domingo Rubichi y nuera del gran Diego (el malogrado cantaor inhumado el mismo día en que debía de actuar en el II Festival Flamenco de Morales del Vino). Finalmente, se contará con un formidable tocaor. Juan Moneo, de la familia de los Pacote, hijo de Luis, sobrino de Manuel, de El Torta -al que acompañó en innumerables ocasiones incluyendo Zamora- y primo del Barullo. Indudablemente una garantía al frente de la guitarra en general y del toque jerezano en particular.

Consecuentemente a lo dicho, es de prever una velada digna de los anales flamencos zamoranos. Y sino al tiempo.