El escultor Pedro Fernández regresa a su ciudad natal con una exposición que reúne una veintena de bronces y un boceto en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida

-"De lo cotidiano y lo fantástico" es el nombre que le ha dado a su segunda exposición en solitario en la ciudad.

-Es un título abierto porque la obra también lo es. El público puede ver desde personajes fantásticos que he creado, revisiones de la cultura clásica hasta personajes históricos zamoranos a lo que se unen las relaciones humanas de parejas, la maternidad e incluso en algunas obras abordo el tema de la tauromaquia, una temática que trabajé hace un tiempo y que no he retomado pues no me interesa.

-Y ¿qué le interesa ahora?

-Lo fantástico pues me da más libertad para desarrollar mi trabajo. El tema de la mitología o de los ángeles dan mucho juego plástico. Una maternidad, por ejemplo, está muy ceñida a ciertos elementos y en estos otros temas, dan libertad.

-Habla de libertad creatividad frente a los encargos que recibe.

-Puede ser que haya surgido como desahogo, que haya venido solo. No tiene nada que ver mi obra propia con lo que hago por encargo. Estoy en estos momentos con mi sexto encargo y para este año encaro otros tres más.

-¿Resulta laborioso hacer obra pública?

-Depende de muchos factores, pero ahora más que nunca hace falta ser muy versátil porque hay que dar respuesta a muchas necesidades nuevas. Hay que otorgar un nuevo punto de vista a las obras. Tenemos que volver al oficio porque detrás de un creador si no hay oficio... es flor de un día.

-Un oficio que usted ha logrado trabajando también en una fundición

-Me ha ayudado a conocer mucho mejor el oficio pues tocaba todos los campos, desde el vaciado, las ampliaciones para otros artistas, el soporte técnico, terminaciones?todo. Lo recomendaría a quienes quieran dedicarse a la escultura. Debería de volverse a los talleres, al menos, durante un par de años. Hay que volver al origen, a los talleres.

-Usted además controla todo el proceso de cada una de las piezas que llevan su firma.

-El controlar todo hace que aunque sean seriadas, todas sean una obra única. El proceso es muy largo y las piezas sufren. Hay veces que las características de la fundición hacen que te adaptes. Además como hago las ceras a cada pieza, la repaso y la personalizo, de tal forma que cada escultura es una única. El aficionado y entendido comprende el proceso y es capaz de fijarse en estos detalles, aunque la gran mayoría lo ignora. La escultura siempre ha sido la prima fea del arte. Es un trabajo de muchas horas, de mucho esfuerzo y no siempre se ha visto bien. Creo que debería reivindicarse el oficio de escultor porque estamos acostumbrados a ver en todos los lugares esculturas.

-Sin embargo en la ciudad de Zamora no ha demasiadas escultura en las calles.

-Efectivamente pero no sé el motivo. No obstante, existe cierta sensibilidad, la gente entiende de escultura y tenemos una amplia cultura escultórica y firmas muy importantes como Abrantes, Coomonte, Crespo Rivera, Lobo o Flecha, entre otros. La presencia de esculturas en las calles sería una riqueza más a una urbe tan patrimonial como esta.

-Desde hace unos días el antiguo Palacio de la Diputación alberga una muestra de escultura.

-Es una iniciativa muy interesante. Además al ser los fondos de una fundición, una de las más importantes de España, acerca el oficio al público y a firmas muy importantes en este ámbito creativo.

-El Museo Baltasar Lobo pretende ser trasladado al edificio del Ayuntamiento Viejo. ¿Qué opinión le merece el cambio?

-Desconozco los detalles. Quizá un museo más amplio donde se vieran los premios de bienales de pintura y escultura sería más interesante. Iría más allá de Baltasar Lobo. En Zamora hay pocas salas de exposiciones cuando las administraciones atesoran arte. Hay mucha obra que se puede mostrar y sacar de los despachos en un marco como, por ejemplo, el antiguo palacio de la Diputación.