El modelo territorial de la Junta se limita a mantener lo existente, sin que aporte una sola acción para acercar servicios al medio rural o promover medidas para mejorar las dotaciones o evitar la pérdida de población, fijada en Zamora en "nueve habitantes al día". Son mensajes lanzados ayer por Carmen Amez, secretaria regional de la Federación de Servicios Públicos de UGT que presentó ayer en la capital, junto a dirigentes locales de la organización, su propio estudio sobre la propuesta de Ordenación del Territorio para la provincia de Zamora elaborada por la Junta de Castilla y León.

El estudio consiste en un detallado análisis comparativo de la ley de bases de régimen local y el texto consolidado de la ley de racionalización y sostenibilidad local. Pero el grueso del infome se convierte en un pormenorizado análisis de los factores socio sanitario y educativo de la ordenación del territorio.

En el primer caso han sido objeto de disección, por ejemplo, los tiempos de desplazamiento a los centros de salud, así como lo que tardaría una UVI móvil en llegar a cada localidad. Señalan en rojo los pueblos que superan los 15 minutos y la verdad es que salen bastantes. Y muchos doblan con creces ese tiempo. Así, según el informe del sindicato, una UVI móvil tarda 55 minutos en llegar a Figueruela de Arriba, 43 minutos a localidades como Ferreras de Arriba o Fermoselle, 39 a Cubo de Benavente o 36 minutos a Porto.

La impresión, indicaron los ugetistas, es que la ordenación del territorio no plantea ninguna solución a los problemas que plantea la dispersión, cuando en este aspecto se hace necesario ser "más imaginativos" y apoyarse por ejemplo en las nuevas tecnologías para poder acometer un mejor aprovechamiento de los recursos.

El estudio incluye la distancia que hay de cada localidad a un especialista o a un hospital. Aquí el aspecto geográfico es el que prima, ya que sólo Zamora capital y Benavente disponen de tales equipamientos. Y la peor parte se la llevan, claro, los habitantes de Alta Sanabria. Por ejemplo, los vecinos de Porto están situados a 166 kilómetros de un especialista. En Sanabria, los de Requejo están a 99 kilómetros de un especialista y 121 del hospital de Zamora. En Carballeda Manzanal de Arriba es el pueblo que más distancia debe recorrer para acudir al especialista, 82 kilómetros, mientras Espadañedo es el que más lejos tiene el hospital, 101. Cubo de Benavente, otro ejemplo, tiene el especialista a 61 kilómetros, en Benavente ciudad, y el hospital de la capital a 96. El estudio señala que hay pacientes que acuden también al especialista a Verín, en Galicia, aunque este dato no aparece en las fuentes oficiales de Sacyl consultadas por los autores.

Si la geografía en este caso es la que manda, por más que se planifique, en otros la culpa es más bien de la despoblación, que hace imposible mantener escuelas abiertas en el pueblo. De esta manera, Porto tiene la escuela más cercana a 33 kilómetros, en Lubián; Justel a 23 kilómetros, en Palacios de Sanabria o Rosinos de la Requejada a 15, en Puebla, siempre según el estudio de UGT. El informe sitúa a 22 kilómetros la escuela más próxima a San Cebrián de Castro, y a 21 la de Vidayanes o La Guareña.

La educación secundaria cae también bastante lejos a los habitantes de Porto, 58 kilómetros hasta Puebla, Pino (27 hasta Alcañices), Belver de los Montes, con instituto a 59 kilómetros, Vidayanes a 50 y localidades como Pobladura de Valderaduey, Revellinos o Vegalatrave, a 52. Para este aspecto los autores del trabajo se han basado en los datos oficiales de la Consejería de Educación y consideran una distancia excesiva la que supera los 40 kilómetros en el caso de la educación primaria y 50 en secundaria.

La distribución de los centros de acción social (CEAS), responsables de buena parte de los servicios sociales y gestionados por la Diputación (excepto los de la capital) presentan asimismo distancias grandes, sobre todo en Alta Sanabria (Porto está a 58 kilómetros del CEAS más cercano), Espadañedo y Justel, a 46 kilómetros o Santa Eufemia del Barco, a 38. UGT reclamó, en fin, que estos servicios, como la ayuda a domicilio, se presten en el lugar de residencia de los ancianos, en los pueblos.