El juez que instruye el caso de la niña de seis años que falleció la madrugada del pasado 30 de enero tras caer de un cuarto piso en Arapiles concluye que la muerte fue fruto de "un desafortunado accidente" cuyas circunstancias concretas "deberían de quedar reservadas al más estricto ámbito familiar por respeto a los integrantes del mismo". Así lo dicta en su auto el magistrado del Juzgado de Instrucción número 1 de Zamora, que concluye también que "no se han obtenido indicios de criminalidad" tras la "discreta y minuciosa investigación llevada a cabo por los agentes en relación con todas las circunstancias de personas, tiempo y lugar concernientes a los hechos investigados".

El informe del forense, remitido al juez para la instrucción de diligencias, también va encaminado a la misma dirección, según el auto. En este sentido, el documento "tampoco ofrece ninguna clave relacionada con la criminalidad". Ante la "inexistencia de indicios racionales de haberse perpetrado delito alguno", el juez da carpetazo al tema y acuerda el sobreseimiento libre de la causa.

El auto judicial fue emitido por el juez el pasado lunes, doce días después de que la niña de seis años falleciera tras precipitarse de un cuarto piso en la capital. La complejidad del caso ha dilatado la investigación judicial abierta tras el desgraciado suceso para esclarecer el origen de la caída, "ya que la supuesta causa de la precipitación no encaja del todo", esgrimió el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, la misma mañana del fallecimiento de la pequeña. El responsable estatal aludió a "lo extraño que parece que las persianas y las ventanas estuvieran cerradas si fue el lugar desde el que cayó", argumentó tras conocer los acontecimientos. Fue precisamente la llegada de la Policía, de madrugada, la que puso sobre aviso a los padres de la ausencia de la niña, ya que "la familia se acababa de percatar de su falta cuando nosotros llegamos al lugar", añadió el subdelegado.

Fruto de esta situación, las investigaciones se pusieron en marcha de inmediato con varios días de toma de declaración a los padres de la niña y a su hermana de doce años, con la que compartía cama en la habitación desde la que cayó la pequeña. La investigación, con matices "muy delicados" según confirmaron en su momento las fuentes judiciales, se prolongó durante varios días para esclarecer cómo y por qué se produjo el fallecimiento de la menor de seis años, unas circunstancias que el juez deja fuera del auto "por respeto a la familia", dice en su literalidad el auto en los antecedentes de hecho.

Contra el auto de sobreseimiento libre de la causa "por no existir indicios racionales de la comisión de un delito" cabe la interposición de recurso de reforma y subsidiario de apelación dentro de los tres días siguientes a su notificación.

Los hechos ocurrieron durante la madrugada del pasado 30 de enero, lunes, cuando un hostelero atravesó la calle Arapiles para acudir a su puesto de trabajo y observó el cuerpo de la niña junto a un peluche. Al no llevar el teléfono móvil encima y estar a solo un minuto de las dependencias de la comisaría de la Policía Nacional, el hombre corrió hasta las dependencias policiales para avisar de lo ocurrido y cuando los agentes acudieron al lugar de los hechos la niña ya no tenía pulso. El suceso ha conmocionado tanto al barrio de Los Bloques, al que pertenece la vivienda de Arapiles, como a la ciudad entera dada la corta edad de la víctima. La familia estaba formada, además de por la niña de seis años, por una hermana de doce y un hermano mediano que no se encontraba en la casa en el momento de los hechos, según fuentes de la investigación. La despedida de la pequeña tuvo lugar en la parroquia de San Lorenzo, donde cientos de familiares, amigos y allegados dieron el último adiós a la pequeña.