Una inyección económica de 60.000 euros permitirá dar un nuevo impulso a la Fundación Ortega Marañón en Zamora a través de cursos internacionales para estudiantes extranjeros. Así figuran en los presupuestos de la Diputación Provincial para el recién estrenado 2017, donde figura una partida por esta cuantía económica destinada a impartir clases de español a alumnos internacionales.

El instituto universitario aspira a dar pasos más firmes este año a la hora de materializar el proyecto en Zamora, que todavía está en ciernes a pesar de contar con una sede -una de las plantas del antiguo palacio de la Diputación Provincial- y de que ya son varios los años que la iniciativa planea sobre Zamora.

Los últimos cursos orientados a alumnos extranjeros tuvieron lugar este pasado verano, cuando la ciudad dio la bienvenida a una veintena de universitarios de Estados Unidos llevados por la Fundación Ortega Marañón para descubrir algunos de los iconos de la provincia, entre ellos, el Lago de Sanabria. Hasta el momento, la llegada de estudiantes se ha hecho de forma puntual y escalonada, si bien el objetivo último tanto para la Fundación Ortega Marañón como para la propia Diputación Provincial, propietaria del edificio, es convertir Zamora en una sede permanente de la fundación a través de estancias largas y continuadas de estudiantes. El antiguo palacio provincial aspira a convertirse en un lugar de investigación, encuentro y estudio en torno a la fundación Ortega Marañón, para lo que requiere llenarse de contenido, iniciativas y proyectos duraderos en el tiempo.

Por el momento, el representante de la fundación en Zamora, el historiador Miguel Ángel Mateos, ofrece sus conocimientos y plantea visitas guiadas a partir de primavera a las instalaciones de la antigua sede de la institución provincial, para lo que fue concebido en 1867. Su riqueza patrimonial e histórica le convierte en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, con una fachada de estilo neorrenacentista cuya portada fue decorada por el escultor zamorano Eduardo Barrón, autor también del monumento a Viriato. El interior se halla profusamente decorado con artesonados, vidrieras y mobiliario de la época, como correspondía a la moda imperante. Sin embargo es el salón de sesiones el que marca la diferencia, obra de marcado eclecticismo neorrenacentista realizada por el artista catalán Ramón Padró. Además de los bancos originales donde se sentaban los diputados provinciales, se conserva intacta la decoración de las paredes a base de telas y paneles, donde aparecen distintos personajes de la historia de la provincia y el retrato del rey Alfonso XII presidiendo la sala. La decoración alcanza incluso el techo, donde se muestran tres composiciones pictóricas que exaltan los hechos históricos más destacados de Zamora: la victoria de Viriato sobre los romanos; la conquista del puente de Mérida y Fernando el Católico añadiendo a la seña bermeja la franja verde tras la batalla de Toro.