Media España, no por número de ciudades sino por número de habitantes, sufre a diario restricciones al tráfico por problemas de contaminación. Madrid, Barcelona o Málaga son tres ejemplos de lugares donde el uso del vehículo privado a diario es cada vez menos usual, tal y como advierte la Dirección General de Tráfico. Decrecen los vehículos en propiedad, decrece el censo de conductores y se dispara el transporte público. Zamora, como casi siempre, circula a su aire. Mientras las grandes urbes se conciencian de la importancia de evitar el coche particular si no es estrictamente necesario, en la provincia la tendencia es a la inversa. El censo de conductores se ha disparado durante los últimos diez años y ya son más de 110.000 zamoranos, de los 180.000 que pueblan la provincia, quienes están en posesión del Permiso B. El parque automovilístico también es cada vez mayor, con un coche por cada dos habitantes. De hecho, el número de turismos por cada mil habitantes se ha disparado hasta un 33%, hasta alcanzar los 525 por millar de ciudadanos. Y mientras tanto, el uso de transporte urbano en materia de autobús ha decrecido más de un punto a lo largo de los últimos años, según dictan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.

La delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro, y la coordinadora regional de Tráfico, Inmaculada Matías, presentaron ayer el balance de seguridad vial de Castilla y León en 2016 y las acciones previstas por la Dirección General de Tráfico para este año 2017. En el citado informe, se detalla cómo la región es una de las comunidades autónomas de España donde más ha crecido el parque automovilístico a lo largo del último año. Una circunstancia que tiene mucho que ver con la dispersión de la población y la ausencia de transportes públicos consolidados. Un incremento del número de turismos por cada mil habitantes, no obstante, que no ha llevado consigo un aumento del índice de siniestralidad en las carreteras tanto de la región como de la provincia de Zamora. De hecho, según los datos aportados por la DGT, la tendencia es a la baja desde el año 2010, con un leve repunte el pasado 2015 con varios accidentes en los que se vieron implicadas varias personas.