Endivias con queso Roquefort de entrante, guiso de ternera lechal con salsa de nata -en francés, blanquette de veau- como segundo y, de postre, unos vasitos dulces con galleta, queso fresco y crema chantilly. Un menú repleto de referencias a la cocina francesa fue el que preparó y presentó la zamorana Elisabeth García Bermejo, residente en París, en el capítulo del programa culinario "Me voy a comer el mundo", emitido por Canal Cocina y dedicado a la gastronomía gala. "Me encanta la visión tan moderna que presenta este canal sobre la cocina y este programa en concreto me parece una idea extraordinaria", valora la profesora zamorana tras su paso ante las cámaras sobre este formato, que se dedica a recorrer el mundo para mostrar la gastronomía de cada país y cómo se preparan sus platos típicos.

La elección del plato principal no fue casual. "El origen de este guiso no es evidente pero la receta se encuentra por primera vez en un libro de cocina del año 1735 y se difunde rápidamente por todas partes en Francia. Hoy se sirve en todas las regiones y se ha vuelto un plato nacional. Es, por consiguiente, una de las recetas más antiguas de la gastronomía francesa, la receta ineludible, el símbolo de una tradición culinaria", describe.

La diversión fue la nota predominante durante los dos días en los que se desarrolló el rodaje. Con la presentadora del programa, Verónica Zumalacarregui acudió a la famosa pastelería Fauchon "que forma parte del paisaje del lujo y el glamour de la ciudad. Ahí estuve enseñando los diferentes tipos de pasteles, para probar después unos cuantos y degustar un té con los famosos macarrons", explica.

El segundo día fue para preparar la cena, acudiendo primero al mercado "des enfants rouges, donde deambulamos entre los puestos de legumbres pescados y flores y entramos en una fromagerie para comprar queso antes de ir a casa", resume. En su cocina preparó el menú que luego ofreció a sus amigos, "a los que les divirtió mucho participar en una cena tan atípica, descubriendo la cara oculta de la televisión", recuerda.

Una de las principales diferencias entre la gastronomía francesa y española, que conoce tan bien esta zamorana, radica en que, mientras aquí se cocina con aceite, los franceses se decantan por la mantequilla. "Aunque les gusta la nuestra, a veces les resulta demasiado grasa. En Francia, todo es mucho más ligero, y particularmente la repostería", apunta. Personalmente le gustan ambas. "La española es más calórica pero muy gustosa, mientras que la francesa es más ligera pero muy sabrosa", compara.

La zamorana disfrutó del rodaje porque se desenvuelve de maravilla en la cocina. "El problema es que para cocinar se necesita tiempo y cuando se trabaja y se vive en una gran ciudad como París donde uno no para, desgraciadamente queda poco tiempo para cocinar y comer correctamente", lamenta.

"La gastronomía en este país es sinónimo de convivencia, de buen vivir. Y a los franceses les gusta ir a un restaurante, pero también invitar a casa, donde no consiste solo en preparar una buena comida, sino que también es importante la decoración de la mesa o el vino que acompaña cada plato", aconseja la zamorana, quien recuerda para finalizar que, "por todos estos aspectos y la gran variedad de platos gastronómicos por toda su geografía, la Unesco declaró en 2010 a la gastronomía francesa Patrimonio Inmaterial de la Humanidad".