La subida del precio del petróleo, que se ha trasladado a los combustibles, afecta de forma especial a las comunidades de vecinos que tienen caldera de gasóleo para calentar las viviendas, unas quinientas en Zamora según los últimos datos. De hecho, el precio ha subido más de un 35% si se comparan los datos de ayer con los que existían el año pasado por estas fechas. La situación afecta a todas las comunidades que tienen que rellenar el depósito de gasóleo para afrontar los últimos meses del invierno.

Ayer, el precio medio del litro de gasóleo para las calefacciones ascendía a 87 céntimos de euro por litro. La cantidad es muy similar al precio que se pedía hace ahora dos años. Sin embargo, poco tiene que ver con el precio del año pasado, cuando el barril de petróleo cosechó unos precios extraordinariamente bajos y eso se trasladó a todos los tipos de combustible -a los usados por los vehículos y a los necesarios para el funcionamiento de otras instalaciones-. De hecho, hace un año el litro de gasóleo para las calefacciones podía encontrarse, dependiendo del suministrador y de las ofertas especiales -algo que también sucede ahora- a menos de setenta céntimos de euro. Las diferencias son evidentes.

Si se llevan los datos a un depósito de mil litros, pequeño para la mayoría de las comunidades pero útil para comprender la subida de precio, puede concluirse que llenarlo sería unos 250 euros más caro ahora que hace doce meses. El año pasado el precio rondaba los 650 euros por cada mil litros, mientras que ahora está en unos 870.

Las calefacciones de gasóleo han mermado en mucho su número en los últimos años en Zamora capital, donde muchas comunidades han abandonado este tipo de combustible -sobre todo durante los años en los que el gasóleo fue más caro- para pasarse a otros tipos de calefacción, principalmente gas natural. Sin embargo, todavía tienen mucha importancia en los pueblos de la provincia, donde la infraestructura de gas no ha llegado y no existen métodos alternativos más allá de la leña o el carbón, mucho más trabajosos aunque más económicos.

Esta situación se añade a las continuas subidas del recibo de eléctrico, que alcanzó durante la pasada ola de frío las cotas más altas de los últimos años. Ahora la factura de la luz es más de un 25% más cara que durante el mes de enero del año pasado. El recibo, que no ha parado de subir durante los últimos meses -desde abril- está un poco por debajo de los máximos históricos, precio que se alcanzó en los primeros meses de 2012.