Esta mañana ha comenzado el juicio del anciano que acuchilló a su expareja, con la que convivió 27 años, a la puerta de un supermercado de Morales del Vino. Durante la primera sesión, el acusado ha asegurado que «no sé cuántas cuchilladas le di» y que «no quería matarla, por eso no lo hice».

La víctima afirma que temió por su vida, que el imputado dirigió el cuchillo de cocina al cuello en dos ocasiones y después dirigió el arma al abdomen y al corazón. La mujer ha descrito una relación dominada por los celos del anciano, obsesionado con que ella le era infiel con algunos vecinos, lo que provocó que en mayo de 2014 ella decidiera separarse. Así lo ha relatado en su comparecencia tras un biombo para no ver a su agresor ya que continúa en tratamiento psicológico por el trauma vivido.

El anciano asestó seis puñaladas a su expareja, mientras le decía «la mato y la mato», según asegura la mujer que ayudó a la víctima interponiendo su bolso entre el cuchicllo y la víctima. El fiscal exige 21 años de prisión por intento de asesinato, por las lesiones que casi le cuestan la vida y por las lesiones a un guardia civil jubilado que intervino durante la agresión para salvarle la vida.

El abogado del acusado anuncia que modifica sus conclusiones para admitir dos delitos de lesiones por los que pide cuatro años y nueve meses de prisión o, alternativamente, cinco años de cárcel por un intento de homicidio hacia la expareja y dos por las lesiones al guardia civil que auxilió a la mujer agredida. Por su parte, el fiscal mantiene los 14 años por intento de asesinato a la mujer, cinco por las lesiones graves al agente y dos por amenazas de muerte a una testigo que intervino para que cesara en la agresión y la acusación particular se adhiere a la petición de la Fiscalía.