Álvaro Gutiérrez Baños es coleccionista de libros pop up y junto a su mujer, Ana María Ortega Palacios, comisaria de la exposición "La literatura infantil en los libros desplegables" que puede verse en la sala de exposiciones de la Biblioteca Pública del Estado.

-¿Qué tiene de especial el pop up para que realicen este tipo de coleccionismo?

-Comprábamos este tipo de libro para nuestro disfrute personal, pero hubo un momento en el que fuimos invitados por la Diputación de Palencia a hacer una exposición en el año 2002 porque se enteró el presidente que teníamos esta amplia colección. A raíz de hacer esa muestra nos dimos cuenta de que una de las grandes satisfacciones que tiene el coleccionismo es poder compartir tu afición con los demás. Hasta entonces cuando alguien iba a nuestra casa acabábamos viendo los libros pop up. El tener que exponer genera un especial atractivo porque pensamos que había que ordenar con un criterio, no se trataba de acumular cosas porque sean antiguas. Pensamos que había que mostrar los libros con un criterio y que las muestras relataran algo.

-¿Qué criterio han seguido con la muestra que comisarían en la Biblioteca Pública del Estado de Zamora?

-Hemos elegido diez cuentos clásicos de siempre y hemos buscado libros para ilustrar cada uno de esos relatos, de tal forma que en cada cuento puedes ver la evolución de las ilustraciones, de la interpretación del cuento como de la ingeniería de papel, de la sofisticación de los desplegables con los que se hace el libro.

-En la muestra hay ejemplares de finales del XIX que evidencian un dominio de la materia.

-En la historia de los libros desplegables hay un momento de Edad de Oro a finales del XIX. Alrededor de 1880-1890 en Inglaterra y en Alemania es cuando se editaron los volúmenes más bonitos que hay. Nosotros somos unos coleccionistas a los que nos gusta tener las cosas muy nuevas aunque sean muy antiguas y siempre buscamos que los ejemplares estén en perfecto estado y en la muestra que puede verse en Zamora hay verdaderas joyas.

-Como por ejemplo?

-Una de las joyas modernas es uno de "Alicia en el país de las maravillas" en el que hay un collage con todas las ilustraciones de todas las épocas de distintas ediciones del libro y si miras en un espejo cilíndrico aparece el retrato de Lewis Carroll. Entre los antiguos destaco un teatrillo alemán que presenta varias escenas de varios cuentos como "Hänsel y Gretel" o "Caperucita roja".

-Han elegido los cuentos de "Pinocho", "Alicia en el país de las maravillas", "Peter Pan", "Caperucita roja", "Cenicienta", "La bella durmiente", "El gato con botas", "Blancanieves", "Hänsel y Gretel" así como "Aladino" ¿por qué?

-Porque eran de los que más ejemplares teníamos para poder apreciar la evolución y la interpretación de diferentes autores. Además, son los cuentos más reconocidos por todos. Nosotros de la Cenicienta tenemos más de 30 ejemplares.

-Alude a la Edad de Oro de estos volúmenes, pero ¿cuándo llegó ese momento a España?

-En España fue en los años 40, en la postguerra. Fue en este momento cuando comenzaron a editarse unos libros de papel bastante sencillos pero cuyos personajes tenían un movimiento. Eran libros que en una época de escasez de recursos y de juguetes llevaron la ilusión a los niños. Los libros pop up se comenzaron a denominar así en 1933 y la patente la compró la editorial Molino de España y la tradujo como ilustración sorpresa pero nos hemos tomado el anglicismo. En este país el relevo en la producción de estos ejemplares lo tomó Checoslovaquia con Vojtech Kubasta, cuyos libros también se imprimieron en castellano en los años 50 y 60. Para luego en los 70 y 80 coger el relevo autores norteamericanos, mientras que ahora los principales los principales autores son Matthew Reinhart o Robert Sabuda, de Estados Unidos.

-¿Hay buenos ingenieros de papel en España?

-Sí hay un ingeniero excelente, el leonés Fernando Ferreras. Su producción es muy corta porque lo hace como aficionado pero ha hecho un libro de la Catedral de León que es buscadísimo por aficionados de todo el mundo.

-¿Estas publicaciones se valoran?

-Sí, sin duda. Estamos viviendo una segunda Edad de Oro porque el libro ilustrado, el tridimensional, no puede competir con las tabletas. Con el encanto de papel no pueden las nuevas tecnologías. Ahora hay unos ejemplares maravillosos eso sí ensamblados en el sudeste asiático. El libro pop up es algo más que cuentos infantiles, hay libros para adultos e incluso eróticos. Históricamente los libros con escena móviles nacieron asociados a la medicina y a la astronomía para ver los movimientos celestes, de los cuales mi esposa y yo tenemos algún ejemplo. Hasta finales del XVIII no comenzaron los libros con afán lúdico.

-¿En adultos qué temáticas se abordan?

-Del "Kamasutra" hay muchos pero también hay libros de ciencia e incluso de filosofía. Mi mujer y yo tenemos por delante el reto de hacer una exposición para adultos.