Puede parecer que enero ya no es lo que era, pero como pasa cada doce meses, la llegada del nuevo año trae cambios impositivos y revisión de precios en varios servicios esenciales para los zamoranos. Entre otros, a mayores de la subida de ciertos impuestos especiales anunciada ya el mes pasado por el Gobierno, suben servicios como la luz o el gas natural. Todo ello en un contexto de práctica congelación salarial de la gran mayoría de los trabajadores (las subidas todavía son escasas o nulas) y con una inflación al alza, algo que no ha sucedido en los años anteriores. Todo ello permite concluir que, si bien las subidas de impuestos y precios no son las más elevadas de los últimos años, enero tendrá más pendiente que en años anteriores.

Por partes, la tendencia de los impuestos, al menos de los indirectos, será alcista. Los gravámenes sobre las bebidas alcohólicas de más alta graduación ya han subido un 5% con los últimos cambios tributarios establecidos por el Gobierno. A la vez, los fumadores pagan un 2,5% más de impuestos en el caso de los cigarrillos y un 6,8% en el caso del tabaco de liar. También ha aumentado la carga impositiva de las bebidas azucaradas. En total, el Gobierno prevé ingresar unos 250 millones extra con estos cambios. Además, la reforma del impuesto de sociedades, que obliga a adelantar parte de las cargas impositivas a las empresas con más facturación, afecta a unas veinte empresas zamoranas, las más importantes del tejido empresarial de la provincia.

No se puede olvidar tampoco lo que sucederá con el IBI. Más de medio centenar de municipios de la provincia han pedido al Gobierno que revise los valores catastrales para poder modificar el impuesto. Es lógico pensar que, en los casos en los que la última revisión es antigua, los cambios serán para aumentar la recaudación por IBI. Mientras, si las revisiones más recientes datan de los años de la burbuja inmobiliaria, los cambios podrían ser beneficiosos para los contribuyentes. Los mayores cambios serán para los municipios que no actualización sus valores desde finales de los años ochenta. Por lo que respecta a la capital, el IBI bajará durante este año.

Por lo referente a los servicios básicos, uno de los que no ha dejado de subir en los últimos meses ha sido la luz. En el último mes del año la factura se ha incrementado más de un 2% encareciendo en aproximadamente dos euros la factura mensual de un hogar medio con un consumo normal. Los aumentos de precio se repiten desde el verano a pesar de que el Gobierno ha congelado la parte regulada del recibo, que supone una parte importante de la factura. Lo mismo sucederá este año, pero alrededor del 40% del recibo no se rige por estas cuestiones, lo que abre la puerta a más subidas.

Otro cargo para las familias es el correspondiente al gas natural, que sube un 3,5% para los usuarios que tienen la tarifa regulada, la mayoría. También es, visto el contexto actual, prácticamente seguro que subirán los carburantes, que han pasado buena parte del año en unos niveles relativamente bajos (similares a los de hace cuatro o cinco años). El barril de petróleo ha aumentado su valor y esto se traduce de forma prácticamente automática en un respostaje más caro. Sin embargo, el combustible varía de un día para otro, por lo que no puede asegurarse a ciencia cierta cuál será su subida.