Rozan los 60.00 préstamos anuales, superan los 90.000 fondos entre sus dos sedes, la situada en el barrio de San José Obrero y la ubicada en la Candelaria, y realizan cada año decenas de actividades para niños y adultos. Pero la Biblioteca Municipal, que festeja sus 30 años de funcionamiento, es mucho más. "Tenemos el plus de la cercanía con la gente, como el médico de cabecera, porque quienes trabajamos en las bibliotecas municipales hechos hecho unas oposiciones para desempeñar este trabajo en concreto, algo raro en la administración", ejemplifica su directora Rufi Velázquez.

La biblioteca echó a andar hace tres décadas como centro de información, de formación y de ocio y en donde hay "de todo para todos". Una oferta que comenzó a ofrecerse en San José Obrero. En la puesta en marcha de esta sede convergieron varias circunstancias, de un lado, el barrio la reivindicaba y de otro, la entonces Caja Zamora cedía un espacio al lado de una de sus sucursales a través de la Fundación Cesáreo Fernández Duro, integrada por la entidad y el Ayuntamiento. Tras el acondicionamiento del local el centro abrió con un lote de 7.000 libros, cedidos por la Junta, que catalogaron los trabajadores de la biblioteca.

En el año 1999 Zamora suma un nuevo espacio cultural en la calle Juan Sebastián Elcano, en el barrio de la Candelaria. "Era una zona que concentraba una cifra importante de población y la misma entidad cedía un espacio a través de la fundación", comenta Rufi Velazquez. Esa segunda sede arrancó con los libros duplicados que había en la biblioteca de San José Obrero y para que estuviera dotada iban comprando títulos representativos materia por materia. "Salió adelante porque éramos pocos, pero con muchas ganas de hacer cosas", asevera la directora. Entre las anécdotas de la puesta en marcha, la responsable de la Municipal comenta, esbozando una amplia sonrisa, que para la inauguración "trajimos cajas y cajas de libros de la de San José, a modo de atrezzo, porque teníamos muy pocos fondos y había muchas estanterías vacías".

En la actualidad las baldas ya se quedan pequeñas para albergar los libros, audiolibros, cd y dvd en ambos recintos gracias su política de adquisición. "Con el presupuesto que tenemos escogemos por prioridades. Seguimos atendiendo las peticiones del lector y procuramos tener de casi todo lo que se edita, pero vigilamos la calidad de lo comprado", remarca la directora de la Biblioteca Municipal que a lo largo de las tres décadas ha visto aumentar el fondo también a través de la donación de usuarios, de los propios autores así como por parte de editoriales y de instituciones.

Los cuentacuentos, tanto para bebés, para niños y para adultos, han representado una de las actividades potenciadas desde los inicios y ahora dispone de su marco habitual en "La hora del cuento", con narraciones en castellano y, en los últimos meses, en inglés sin pasar por alto las citas de relatos para sordos. La lista de actividades la engrosan el club de lectura, que este año cumple su décimo aniversario, presentaciones de libros o encuentros con autores. En dependencias municipales han hablado de sus libros, de la literatura y de la escritura, entre otras firmas, Luis Mateo Díez, Emilio Pascual, Bernardo Atxaga o Suso de Toro así como autores locales como Luis Ramos o Félix G. Modroño. Por sus salas han pasado cientos y cientos de alumnos de colegios e institutos en visitas formativas y los lectores han participado en talleres de de escritura, de informática o de búsqueda de empleo, entre otras disciplinas.

Las dos bibliotecas municipales han trabajado con múltiples colectivos, desde asociaciones, grupos marginados hasta ong´s, como Banco de Alimentos con la que llevó a cabo en 2014 la campaña "Alimento por Alimento" en la que por un kilo se entregaba un libro hasta lograr una tonelada de productos no pereceros. Además la institución cultural ha mirado más allá de sus puertas y pensando en su lector adulto y como "aglutinador", les acompaña a visitar exposiciones y museos.

Entre las propuestas que han dado una mayor visibilidad, tanto en la ciudad como fuera, a estos centros culturales dependientes del Ayuntamiento figura el certamen internacional de relatos e ilustraciones "Los cuentos de cada uno", iniciado con motivo de la décadas de la Biblioteca Municipal, una iniciativa que contó con siete convocatorias bianuales pensadas para jóvenes entre 18 y 30 años, y que en sus jurados tuvo autores de prestigio, como Rosa Regás, Luis Alberto de Cuenca e Ignacio del Valle o Braulio Llamero. En esta proyección también jugaron su papel las jornadas de cuentos para familias, "Zamora cuenta", unas veces desarrolladas en las dependencias de las bibliotecas y otras veces en el salón de actos de la Alhóndiga. Por ellas pasaron, entre otros, Kiko Carabal, Benito Pascual, Fernando Saldaña, Yoshi Hioki, Paula Carballeira o José Luis Gutiérrez "Guti". También tuvo presencia la Municipal en una caseta durante varias Ferias del Libro, donde exhibida materiales cedidos por editoriales, y la entidad concibió un punto de difusión de la lectura en el Templete, a mediados de los 90, donde realizaba formación de usuarios, carnés y sesiones de cuentos la Noche de San Juan.

En cuanto al perfil del usuario de la Biblioteca Municipal, que comenzó con su propio carné y desde 2009 forma parte de la Red de Bibliotecas de Castilla y León, no responde a población únicamente del barrio donde están radicadas las sedes. "Desde el principio viene gente de toda Zamora y de los pueblos quizá por la selección de material y por el personal que trabaja por ellos y para ellos", enfatiza Rufi Velázquez quien subraya: "En las municipales decimos que hay un día de la Biblioteca y 364 para celebrarlo, por eso la celebración de los 30 años sigue y en el 2017 seguiremos con los autores, el teatro, el cuentacuentos? para todos".

La conmemoración de sus 30 años también tiene unas grandes sombras, los "serios" problemas de la falta de espacio y de personal que afectan a las dos sedes. "Es mucha la población, con muchas y variadas necesidades y tenemos muy poco espacio y la carencia de personal hace que no podamos prestar todos los servicios que nos gustaría ni de la manera que nos gustaría", atestigua Rufi Velázquez.

La carencia de un lugar adecuado afecta tanto al depósito bibliográfico, con un almacén saturando, como al lugar de realización de las actividades en tanto que la deficiente cantidad de trabajadores (en la de Candelaria hay tres auxiliares de biblioteca y un auxiliar administrativo mientras que en San José Obrero, tres auxiliares de biblioteca, siendo dos a jornada partida, y una auxiliar administrativa) condiciona desde los trabajos internos hasta la atención al público. "En las dos necesitamos más personas, pero en la de San José estamos suprimiendo actividades por falta de personal", denuncia la directora de la biblioteca municipal que padece la lentitud de la administración en dar solución a los problemas. A este respecto la concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, reconoce que "este año hemos conseguido sacar la bolsa de empleo para auxiliar de biblioteca y miraremos la posibilidad de contratar personal porque somos conscientes del problema porque si no hay personal no se puede abrir".

Respecto al, tan anhelado, traslado de la sede de San José Obrero al Matadero será "lo más rápido posible, pero todavía hay que elaborar el proyecto y esperamos que a principios de año se adjudique la obra", por lo que no puede hablar de un mes en concreto para el cambio de la biblioteca a la que también habrá que dotar de nuevos medios materiales. Sobre la "mudanza" la directora bromea "cuando inauguramos siendo alcalde Andrés Luis Calvo había ya una gotera y él nos dijo, ya entonces, que esta biblioteca iba para el matadero en un año".